El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas anunció este 25 de abril que han agotado por completo las reservas de alimentos que tenían para las familias de Gaza:
“Hoy, el PMA entregó sus últimas reservas a los comedores sociales de la Franja de Gaza. Se espera que estos comedores se queden sin alimentos en los próximos días”, declaró la agencia.

Durante semanas, los comedores sociales han sido la única fuente constante de ayuda alimentaria para la población. Aunque solo llegaban a la mitad de los residentes de Gaza y cubrían apenas el 25% de sus necesidades nutricionales diarias, seguían siendo un recurso vital, señaló el PMA.
Las 25 panaderías que recibían apoyo del PMA se vieron obligadas a cerrar el 31 de marzo debido al agotamiento de la harina de trigo y el combustible para cocinar. Esa misma semana, también finalizó la distribución de paquetes de alimentos del PMA, cada uno con provisiones para dos semanas por familia.
El comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini calificó de castigo colectivo el sufrimiento que inflige Israel a los más de 2,1 millones de personas que viven en Gaza sin comida, agua limpia, medicamentos y otros bienes vitales.
“El hambre provocada por el hombre se está propagando y empeorando deliberadamente”, afirmó Lazzarini, quien describió a la Franja como “tierra de desesperación”.
Las autoridades israelíes utilizan la ayuda humanitaria como “moneda de cambio” y “arma de guerra” para infligir un castigo colectivo a los gazatíes, apuntó el responsable de UNRWA.
Mientras el hambre se señorea en la Franja, la solución podría estar aguardando en los pasos fronterizos donde casi 3000 camiones cargados con alimentos y otros suministros esenciales aguardan por la autorización de Israel.
El grupo Hamás, por su parte, denunció el uso del hambre en Gaza como un arma de genocidio, sobre todo luego que el gobierno de Netanyahu bloqueara el acceso de ayuda humanitaria y comercial al enclave desde el pasado 2 de junio.
«La Franja de Gaza está entrando en una fase de hambruna y (el primer ministro israelí, Benjamin) Netanyahu y su Gobierno criminal están utilizando el hambre como un arma de genocidio», aseguró este sábado Hamas en un comunicado.
El grupo palestino advirtió de las «desastrosas repercusiones» que para la población gazatí tiene el cierre total impuesto por Israel, pues «impide el ingreso de productos básicos para la vida».
A estas limitaciones se unen los «ataques deliberados a estaciones de agua y centros de distribución de alimentos», que califican como una violación del derecho internacional, afirma Hamas, cuyos líderes han llamado a la comunidad internacional, sobre todo a los países árabes e islámicos, a que tomen medidas urgentes que obliguen a Israel a autorizar la entrada de ayuda.
El pasado 2 de marzo, día en que debería haber comenzado la segunda fase del alto al fuego en Gaza que nunca llegó a negociarse, Israel bloqueó el acceso a toda la ayuda, medida que se mantiene mes y medio después.
La escasez de alimentos dentro del enclave palestino ha disparado el precio de la mayoría de productos básicos que, como la harina, se vende a cerca de 400 shéqueles (95 euros) por paquete, reportó EFE.
Datos de autoridades de salud en Gaza refieren que más de medio centenar de personas han muerto por hambre y desnutrición desde que Israel lanzó su ofensiva en octubre de 2023, casi todos niños.
En octubre pasado una evaluación de la seguridad alimentaria en la Franja estimó que el 70% de los campos de cultivo estaban destruidos y que los medios de subsistencia habían sido diezmados debido a la ofensiva militar israelí, por lo que la población quedaba a expensas de la ayuda humanitaria que ahora no puede entrar.