La conducta del régimen del presidente Donald Trump de deportar a migrantes en condiciones deplorables, e incluso enviarlos a cárceles en otras naciones, confirma que EE.UU. es hoy el mayor violador de los Derechos Humanos, además de patrocinador del genocidio en el mundo.
El repitente inquilino de la Casa Blanca ha expulsado de territorio estadounidense a miles de personas, a las cuales traslada atadas y luego de ser perseguidas y vejadas sin respeto alguno por las leyes internacionales.
Los migrantes son enviados a sus países de procedencia, pero en muchos casos peor aún, concentrados en el conocido centro de torturas de la base militar ilegal que Washington mantiene en la oriental provincia cubana de Guantánamo, y en una prisión de máxima seguridad en El Salvador.
En la actualidad 238 ciudadanos venezolanos se encuentran apresados en la referida cárcel salvadoreña, donde a su llegada, encadenados de pies y manos, fueron rapados y maltratados. Videos e imágenes al respecto han sido difundidas en los últimos días por diversas televisoras y medios de prensa escritos.
Los venezolanos deportados fueron detenidos en EE.UU. acusados injustamente de ser delincuentes, o por el mero hecho de estar tatuados.
Pero Trump ha ido más lejos en la violación de los Derechos Humanos al despojar de sus abogados a cerca de 30 mil niños migrantes que se encuentran retenidos en el norteño imperio.
Mientras eso ocurre de este lado del mundo, en el Oriente Medio han sido asesinados por Israel, con la complicidad y respaldo de EE.UU, más 50 mil palestinos, el 31 por ciento infantes, y heridos cerca de 114 mil, el 30 ciento menores de edad.
El barbarie de Tel Aviv y de Washington en Gaza continúa pese a reiterados llamados de la ONU y de la comunidad internacional de frenarlo con acuerdos de alto el fuego, no respetados por el gobierno sionista.
La responsabilidad de la Casa Blanca con esa masacre es más que clara porque el propio Trump se ha pronunciado a favor de la expulsión de todos los palestinos de Gaza, y hacer de ese territorio usurpado un lugar turístico.
Lo increíble es que EE.UU. no haya sido incluido todavía en una eventual lista de países patrocinadores del genocidio y mayores violadores de los Derechos Humanos, por supuesto, encabezándola junto a su fiel aliado Israel.