Ante vecinos de La Güinera, Annier, de 24 años, y Lázaro, un año mayor, reconocieron ser adictos y subrayaron la amarga experiencia que vivieron con la búsqueda de droga por encima de otras prioridades importantes, aún sabiendo que causaba daño en ellos, sus familias y amistades.

En el barrio debate sobre el tema, convocado en el centro recreativo «El Triángulo», fruto del proceso de transformación del conocido barrio habanero, Annier narró las vicisitudes que vivió, incluido el alejamiento de familiares, y que tocó fondo cuando supo que tres supuestos amigos con los que se había reunido la noche anterior, luego de separarse, protagonizaron un intento de robo en una vivienda que terminó con una muerte.
«Si no me hubiera ido al «play», a dormir, ahora estuviera preso», subraya.
Lázaro dijo que con su adicción, hizo sufrir mucho a las personas que más quería, incluida su madre.
«El consumo de drogas sólo lleva al hospital, la cárcel o el cementerio», sentenció, mirando a un público mayormente conmovido por sus historias descarnadas, entre ellos sus compañeros en rehabilitación en el Hospital Psiquiátrico de La Habana «Comandante Bernabé Ordaz», así como varios adictos activos, sin tratamiento, que fueron convocados a asistir al barrio debate.
En el emblemática institución de salud Annier y Lázaro por voluntad propia reciben asistencia especializada y el apoyo de otros jóvenes decididos a recuperar sus vidas, familias y amigos verdaderos, con dignidad y honestidad.
Barrio debate en La Güinera
La Güinera es un barrio en transformación en La Habana desde hace casi tres años, con la participación de entidades del Estado y de los vecinos, con el liderazgo del Partido y el Gobierno.

Ciudadanos sin escrúpulos y con fines de enriquecerse a costa de la salud y sufrimientos ajenos, allí persisten en actividades de tráfico y venta de cannabinoides sintéticos, conocidos popularmente como «el químico», por haber sido fabricados en laboratorios con efectos mucho más dañinos que los de la marihuana natural.
En la localidad hay dos de los 74 focos y ambientes identificados en la capital en los que las autoridades competentes realizan acciones de prevención y enfrentamiento.
Los barrio debates sobre las drogas son parte esencial de ellas porque más vale impedir a tiempo que personas se involucren en un delito grave, mayoritariamente repudiado en Cuba y con un fuerte marco sancionador, en correspondencia con la política gubernamental de Tolerancia Cero.
El efectuado en La Güinera fue precedido por otros realizados este año en Playa, Marianao y La Lisa, con el auspicio del Gobierno, las autoridades provinciales y municipales de Salud, las organizaciones de masas en cada sitio y el Ministerio del Interior.
«Cuba no necesita presos sino personas que trabajen o estudien», subrayó la Licenciada Yaimara Angulo González, vice fiscal jefa de La Habana, al hablar sobre los efectos jurídico penales de las conductas asociadas a las drogas, las circunstancias que agravan el rigor del enfrentamiento, los marcos legales de las sanciones a imponer, las consecuencias del proceso penal para la persona y los bienes materiales que se emplean para la comisión del delito, entre otros aspectos.
Llamó la atención acerca de la incorporación de adolescentes y mujeres en la comisión de un delito grave por las consecuencias sociales y para las familias.
Por su parte, la doctora Tania Peón Valdés, jefa del Departamento de Salud Mental, de la Dirección General de Salud en La Habana, subrayó que la mejor manera de curar las drogas es no iniciarse en su consumo.
Explicó que los estupefacientes, a nivel cerebral, actúan sobre los neurotransmisores alterando y perturbando el correcto funcionamiento, afectando a la conducta, estado de ánimo o percepción.

Recalcó que además son susceptibles de crear física o psicológica.
La especialista abundó sobre las causas y condiciones que conducen a las drogas, consecuencias del consumo, como testimoniaron Annier y Lázaro, y acerca de la organización del sistema de salud para la atención a esas personas.
Enfatizó en la contribución del barrio para acercar a las personas adictas a las instituciones de Salud para su tratamiento y recuperación.
La historia de la Revolución Cubana demuestra el compromiso de nuestras autoridades de luchar a sangre y fuego contra ese grave fenómeno, y la voluntad política de Tolerancia Cero, a partir de la implementación de una estrategia multifactorial, eminentemente preventiva.
Lo confirmó el barrio debate en La Güinera como expresión de que, juntando esfuerzos y voluntades, contra las drogas se gana.