Kalber Milián Miranda se detiene a enfatizar sobre los matices del último capítulo, que no es el fin de esta historia de vida, pero sí la primicia de inminentes acontecimientos trascendentes a los 48 años de su fructífero quehacer laboral y familiar: “Este 24 de febrero celebramos el día del trabajador de nuestro sector, y el venidero 26, el cumpleaños 15 de mi hija Alexandra.

“De esta manera, la presente semana será de constante ajetreo y no habrá suficiente tiempo para satisfacer mis gustos y preferencias. Además de escalar las torres, garantes de las transmisiones de radio y televisión, me encanta la albañilería y el juego de dominó. Aunque, sobre todas las cosas, disfruto compartiendo con mis niñas Kely y Alexandra, mi esposa Seladis y demás familiares”.
Carlos Alejandro, su hijo mayor y único varón, es hoy su pareja en las labores cotidianas. “Mentiría si dijera que nunca he tenido miedo en esta profesión, lo sentí cuando mi hijo subió conmigo, por primera vez, una de esas gigantescas estructuras de metal.
“Es cierto que uno va ganando confianza con el tiempo, sin embargo, no puede descuidarse ni perder el respeto por las alturas, porque es posible que el peligro nos pase la cuenta. Por eso, chequeo con rigor, día a día, las medidas de seguridad”.
Las torres de la División Territorial de Radiocuba en Ciego de Ávila se empinan hasta los 175 metros. Ahora Carlos Alejandro Milián Sosa las escala impulsado por la audacia de su ídolo.
“El ejemplo de mi papá ha sido muy influyente. Cuando yo cursaba una carrera militar en La Habana, lo visitaba allá en el centro donde él estudiaba y luego en lugares donde se desempeñaba como torrero en el territorio avileño, me gustó este trabajo y decidí seguir su camino, ahora soy su brazo derecho en Radiocuba…”, comenta el joven de 24 años de edad.
“Siempre he mantenido muy buenas relaciones con él –dice su padre–: primero siguió mis pasos en la vida militar y después en las torres realizando mantenimientos y reparaciones capitales, tales como el cambio de diagonales, tranques y tornillos; soluciones a averías e interrupciones de todo tipo, y también prestamos servicios a terceros, entre ellos a la empresa eléctrica, Etecsa y otras entidades”, afirma Kalber.
Menciona entre los trabajos de mayor impacto los relacionados con la recuperación de ocho torres derribadas en el año 2017 por el huracán Irma, en cuyas acciones la brigada avileña sobresalió en el ámbito nacional.
“Nuestra labor es muy riesgosa y rigurosa, no existe un horario fijo, uno puede subir a las torres en la mañana o la tarde; eso sí, si bajas por determinada situación, no puedes retornar el mismo día”, afirma Milián Miranda.
La historia de este dúo no solo trasciende más cerca del cielo, con vistas a mantener de alta los transmisores de la Cadena Provincial de Radio y la Televisión avileña, sino también contribuir a la informatización, la digitalización y otros procesos emprendidos por Radiocuba, para ofrecerle un mejor servicio al pueblo.
El torrero mayor, en lo particular, ha dejado su impronta en distintos parajes desde que partió de su natal pueblo de Sola, en el camagüeyano municipio de Sierra de Cubitas.
“Luego vine a Campo Hatuey, al suroeste de Ciego de Ávila, donde me convirtieron en un hombre de bien mi abuela paterna y mi tía Julia; Seladis Cervantes, mi novia en la etapa juvenil, me entregó en matrimonio amor incondicional para formar nuestra familia, y fui parte del colectivo de la fábrica de conservas Majagua.
Si de peligros y riesgos se trata, la trayectoria de este camagüeyano, devenido avileño, acontece como en las películas de su preferencia. “Porque, aunque algunos no lo crean –asevera– entre el humor, el drama y la tragedia, trascienden los hechos reales de la vida cotidiana, por lo tanto, la misión nuestra consiste en enfrentar los desafíos y salir airosos”.
Acerca del autor
Licenciado en Comunicación Social. Economista y periodista. Escribe sobre asuntos económicos, agropecuarios, de la construcción y la cultura. Multipremiado en concursos de periodismo, festivales de la radio y otros eventos. Atesora las distinciones Félix Elmuza y Raúl Gomez García, los sellos Laureado y 50 aniversario del periódico Trabajadores, y la Moneda Conmemorativa 60 aniversario de la UPEC.