La trabajadora Aniuska Mejías Arteaga estiba, vende y administra por menos de 4 mil pesos de salario mensual. Un ejemplo de consagración ante el éxodo de personal, en la placita La Piña, del municipio de Ciro Redondo, en la provincia avileña.

Por otro lado, los estibadores Luis Hernández Díaz y Guillermo Cordero Agüero devengan 5 mil 100 y más de 15 mil pesos, respectivamente, en los mercados agropecuarios estatales (MAE) El Mamey y Sabor Avileño, de la ciudad cabecera.
En estos dos últimos centros el tomate de ensalada costaba 100.00 y 105.00 pesos una libra, respectivamente. Mientras que en el agromercado La Yuca, del poblado de Pina, el mismo tipo de producto, de primera calidad, valía 60 pesos.
Marcaban la diferencia en el mostrador las facultades de los Consejos de la Administración Municipal de definir los precios de los productos agropecuarios, a partir de las propuestas de sus comités de contratación.
Así las tarifas exageradas seguían cebando a la comercializadora avileña. Sus ventas netas superaban los 984 millones 990 mil pesos y las utilidades antes de impuestos sobrepasaban los 37 millones, cuando estas prometían no rebasar los 5 millones para el pasado ejercicio económico anual.
Durante la etapa, el MAE Sabor Avileño, colectivo laboral agropecuario (modelo de gestión devenido parte de la solución al problema agroalimentario) y otros de similares características, oxigenaron las finanzas de la Empresa Provincial de Acopio (EPA).
Sin embargo, no recibieron un centavo de las voluminosas ganancias Aniuska, Luis y Agüero, ni los demás trabajadores de la empresa, no habituados a “estibar” el exceso de las utilidades al 741.20 % de lo planificado, en el 2024.
Acopio de frutos sin distribuir
Cuando Trabajadores decidió acopiar los motivos de tantos frutos monetarios por repartir, accedió al diálogo Alina Mejías García, directora contable financiera de Acopio.
¿Por qué tantos dividendos en una empresa no productora con pérdidas económicas acumuladas?
“Bueno, ya nos quitamos ese sambenito. No obstante, una de las cuestiones de mayor repercusión en el crecimiento de las ventas netas es la diversidad de precios elevados, incluso, se nota el contraste cuando vendemos a otras provincias, porque las compras y las ventas están amparadas por el Decreto no. 35 que faculta a los Consejos de la Administración a establecer precios según la demanda en cada municipio; en realidad son más significativos los saldos en valores que en quintales…”.
Nada entró a los bolsillos de los trabajadores en el 2024, ¿qué sucedió?
“Cuando haga el modelo del vector fiscal, o DJ como le llamamos, que tengo para ello hasta marzo venidero, ingrese a la Onat por concepto de utilidades, liquide el aporte por el rendimiento de la inversión estatal, y lo aprueben en La Habana, de acuerdo con la instrucción Uno, me dirán si puedo distribuir”.
No debieron esperar tanto tiempo para crear reservas voluntarias destinadas al financiamiento de pérdidas contables de años anteriores, según la Resolución 201/2023, del Ministerio de Finanzas y Precios.
“Precisamente, arrastramos 27 millones de pesos de pérdidas desde el año 2020, y en el 2024, sobrepasamos esta cifra en 10 millones, pero con ganancias, y tenemos la Contabilidad certificada, entre otras fortalezas en el empeño por repartir en el presente año”.
Al decir de Isabel Osuna Castañeda, directora de Capital Humano, no podían acostumbrarse a ser perdedores. Ejemplificó: “Aplicamos sistemas de pago por los resultados finales del trabajo, amparados por el Decreto no. 87, lo cual posibilitó el ascenso del salario medio a 9 mil 297 pesos”.
Empero, sigue pesando demasiado la cadena de impagos. Deben 156 millones y les faltan por cobrar más de 485 millones de pesos a clientes locales y de otras provincias, una parte en proceso judicial y otra cantidad en la cuenta de litigio y reclamaciones.
“Esa deuda pendiente por parte de los clientes sería la liquidez con que debiera contar nuestra empresa para cumplir los compromisos de pago con el sector cooperativo y el resto de los proveedores, a fin de garantizar más ofertas en nuestros mercados, cumplir los envíos hacia La Habana, Santiago de Cuba y otros territorios, así como también las entregas a Educación, Salud y demás organismos”, precisó Ángela Arias Reynoso, financista en Acopio.
Los entuertos de las relaciones contractuales obligan a operar con crédito revolvente para seguir accediendo a recursos, en la medida que la entidad vaya honrando sus compromisos con el Banco y pueda revertir su crítica situación financiera con capacidad limitada para enfrentar las deudas a corto plazo, planteó.
En unos más y en otros menos
El asunto en cuestión constituye una de las principales insatisfacciones en el actual proceso del 22 Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), según refiere el informe que debatirán los delegados en la Conferencia de esta organización, en Ciego de Ávila.
“Hay fisuras en el sistema de distribución de utilidades. En el caso de Acopio, hubo problemas en la planificación, porque, si allí conocían que disponen de cinco años para resarcir pérdidas económicas, tenían que haber previsto un financiamiento para ir saldando la deuda, de forma gradual, y no afectar el pago de las utilidades cada trimestre”, afirmó Roberto Pérez García, miembro del Secretariado de la CTC en territorio avileño.
Queda demostrado que librarse del atolladero entre cuentas por cobrar y pagar es el camino de la EPA para salvar su enfermo patrimonio financiero. Solo así estará en condiciones de satisfacer su objeto social, de honrar bien sus compromisos con el Estado, y distribuir utilidades allí donde las condiciones lo permitan.
Eso sí, se necesita un sindicato que vele de verdad por los derechos de los trabajadores, para que no se queden sin percibir por las riquezas creadas empleados como Aniuska, Luis y Guillermo.
Acerca del autor
Licenciado en Comunicación Social. Economista y periodista. Escribe sobre asuntos económicos, agropecuarios, de la construcción y la cultura. Multipremiado en concursos de periodismo, festivales de la radio y otros eventos. Atesora las distinciones Félix Elmuza y Raúl Gomez García, los sellos Laureado y 50 aniversario del periódico Trabajadores, y la Moneda Conmemorativa 60 aniversario de la UPEC.