El Premio Nacional de Restauración y de Conservación es quizás la más tácita de las pruebas de cuánto el colectivo de la Botica Francesa del doctor Ernesto Triolet, hoy Museo Farmacéutico, protege, cuida, salva al icónico inmueble surgido el primero de enero de 1882.
Desde el empleado más simple hasta la directora Marcia Brito, defienden ese concepto de posteridad de la Botica Francesa, esa atracción de cuantas personas visitan la Atenas de Cuba, una urbe que se prestigia de tenerla en pleno corazón citadino.
Y como es lógico, el 143 aniversario invita a un mes de celebraciones. Desde hoy y hasta la conclusión de enero, “pretendemos fortalecer los vínculos con escuelas, centros laborales, comunidades distantes y vulnerables”, adelantó Brito.
Precisó que unas de las actividades fundamentales se dedicarán a la doctora María Dolores de Figueroa, la primera mujer farmacéutica de Cuba, dueña de la Botica Francesa y madre de los hijos del Dr. Triolet.
El homenaje está previsto para el día 29, fecha de un nuevo aniversario de la discusión de la tesis doctoral de María Dolores en la Universidad de Nueva York, donde declaró la composición benéfica que tenían los manantiales de la Purísima Concepción, en Ciego Montero, para uso medicinal y para consumo humano, publicó la web de Radio 26.
“Recordaremos también al gran farmacéutico al doctor Ernesto Triolet Figueroa, su último dueño, a quien le debemos la existencia de esta institución única de su tipo, y la persona que estuvo trabajando aquí hasta el año 1979”.
En el Museo Farmacéutico, surgido el primero de mayo de 1964, se conservan la valiosa copa fundacional, donde aparecen los rostros de Triolet y su primera esposa, y otras decenas de envases, legítima porcelana encargada de manera especial a Francia, fina, clásica como el cristal de bohemia empleado en la elaboración de los bellos “ojos de boticarios”, los frontones fabricados en la otrora Checoslovaquia.
Marcia Brito y su equipo sienten orgullo de preservar la herencia de la única botica francesa de finales del siglo XIX que se conserva completa en el mundo. Ella siempre afirma que “otras existen en Puerto Rico, México, La Habana, pero en ninguna, todo, absolutamente todo, es original como en la de Matanzas”.