Quedó claro en el reciente Pleno de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Ciego de Ávila que, en tiempo de crisis energética, la prioridad en la distribución de combustibles la tiene hoy la zafra azucarera, la siembra de papa, piña, tomate y plátano, el turismo y la generación de energía eléctrica, pero nada compite contra la indispensable estabilidad de la fuerza de trabajo a la cual no le puede faltar la motivación para producir más y con eficiencia.
Sobre el asunto, Lázaro Morales Zamora, de la Empresa Agropecuaria La Cuba, ejemplificó: “Iniciamos el presente año con 12 colectivos laborales agropecuarios, hoy tenemos 26 y dos en proceso, de ellos 24 con resultados muy eficientes que facilitan producciones por encima del 120 por ciento de cumplimiento del plan y salarios altos al cierre del ciclo de los cultivos.
“Aunque lo de mayor impacto –subrayó– ha sido la reincorporación de fuerza de trabajo directa al surco, a partir de incentivos como los sistemas de emulación entre los colectivos y dentro de cada uno de ellos, el mejoramiento de viviendas, la venta de alimentos y otras acciones para fortalecer la base productiva.
“El incremento de las brigadas y la recuperación de especialistas ha posibilitado aumentar el ritmo diario de siembra de plátano a más de seis hectáreas, antes se lograban tres, y tenemos el compromiso de cerrar el año con más de mil hectáreas plantadas”.
Al respecto, Cilayla Hernández Suárez, directora de la Empresa Comercializadora de Combustibles, expresó que “La Cuba tiene un gran reto imposible de cumplir sin petróleo, pero lo más importante allí es su capital humano, de igual forma que el nuestro motivado por un nuevo sistema de pago por resultados derivado de las ventas de cilindros de gas en la plataforma digital”.
No obstante los logros de estos y otros colectivos reconocidos en la plenaria, Leobanys Ávila Góngora, miembro del Secretariado Nacional de la CTC, llamó la atención acerca de los resultados de las visitas a siete empresas avileñas, en las cuales existen fisuras en el reglamento de distribución de utilidades, pues en varias de ellas el personal de dirección y del área de regulación y control, gana más que el directo a la producción.
El dirigente convocó a ser más sistemáticos y combativos en cuanto a otra irregularidad, “porque es injusto que se desgasten con las contrataciones en las bases productivas y luego se dilate o no se realice el pago de la producción terminada”, enfatizó.
El informe debatido en la plenaria reflejó el incumplimiento del 61,3 % del total de 119 indicadores físicos de la producción y los servicios, la mayoría afines con la producción de alimentos, cuestión que requiere de una mayor vinculación de los cuadros sindicales con las entidades estatales y del sector privado.
Acerca del autor
Licenciado en Comunicación Social. Economista y periodista. Escribe sobre asuntos económicos, agropecuarios, de la construcción y la cultura. Multipremiado en concursos de periodismo, festivales de la radio y otros eventos. Atesora las distinciones Félix Elmuza y Raúl Gomez García, los sellos Laureado y 50 aniversario del periódico Trabajadores, y la Moneda Conmemorativa 60 aniversario de la UPEC.