El pitazo del central 14 de Julio, este 25 de noviembre, trae una agradable realidad: ya hay zafra en la provincia de Cienfuegos y en Cuba.
La arrancada de la contienda 2024-2025 es un digno homenaje a la memoria del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en el octavo aniversario de su partida física.
A la vez es una muestra de que a pesar de las dificultades en los suministros de recursos, partes y piezas, el colectivo de azucareros se impone y con estoicismo encara la molienda, como les enseñara el líder histórico de la Revolución Cubana.
El ingeniero Amaury Rodríguez Depestre, director de esa entidad, declaró a 5 de Septiembre que se adelantaron a la fecha, -prevista para el seis de diciembre-, porque ya el ingenio estaba listo y los azucareros saben que deben ganarle ventaja a la molida cuando hay buen tiempo.
Con tributaciones de materia prima de las áreas de la propia empresa y de los vecinos centrales Cinco de Septiembre y Elpidio Gómez, la industria considerada la más integral del país prevé moler con loables indicadores de eficiencia, como es tradición en el coloso ubicado en el municipio de Rodas.
“14 de Julio” asume esta vez su zafra número 193 de forma ininterrumpida, desde que fuera fundado en 1930 con el nombre de Manuelita, un motivo más de orgullo para el colectivo.
Para llegar a esta arrancada transcurrieron 82 días de fuerte pegada en la reparación de las diferentes áreas del ingenio, con énfasis en la caldera número dos, a fin de restañar fallas en la pasada contienda, y asumir así la zafra con tres generadores de vapor.
A pesar de las dificultades actuales afrontadas con los suministros de piezas y recursos, durante la reciente prueba de zafra, los obreros confirmaron con satisfacción la calidad del mantenimiento realizado.
Comprometidos con tributar el azúcar de la canasta básica de la capital del país, de la Isla de la Juventud y de la propia provincia cienfueguera, el colectivo del coloso rodense pretende cumplir una vez más la palabra empeñada.
Quien conoce a estos hombres y mujeres, que tanto aportan a ferias y organismos con la producción de alimentos desde su autoconsumo de 10 hectáreas, puede inferir que aunque no lo expresen, sí tienen en mente un consenso productivo: cumplir y seguir moliendo para entregar unas toneladas de más al país.