Taipéi.- Si el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez se enfrentara a la odisea de escribir sobre lo vivido por nuestra selección nacional de béisbol en esta tercera edición del Premier 12, quizás el mejor acomodo periodístico fuera acudir a su «Crónica de una muerte anunciada», pues muchos especialistas siempre pensamos que sería bien difícil avanzar a la final, pero tampoco apostábamos a que una sola victoria en cinco presentaciones sería el balance que nos retrataría.
Este lunes 18 de noviembre, en el imponente Taipei Dome, la última cara del equipo Cuba fue una derrota 2-0 ante la selección local, que ya vivía la felicidad de su clasificación a la ronda decisiva desde el día anterior, pero así y todo, llenó el único estadio techado de este país y celebró el éxito sobre unos caribeños que antiguamente los vencían con relativa facilidad.
El encuentro parecía de puro trámite y de paso con poca motivación para ambos conjuntos, pero el respeto al público y a la afición beisbolera hizo que el mentor cubano Armando Johnson reuniera en la propia instalación a todos los hombres, lesionados y no, para armar una alineación que buscara el segunda éxito de Cuba en la justa y salir con la moral bien alta, luego del partido frente Japón la víspera.
Los siete lanzadores taipeianos se encargaron de arruinar esos sueños con 11 ponches y una lechada que fue respaldada por 9 indiscutibles y una carrera per cápita en los innings tercero y cuarto. La afición no paró sus cantos y su apoyo, en tanto los nuestros estaban ya enfocados en salvar la honrilla y, a decir, verdad, ninguno de los cuatro que salieron al box (Yera, Padrón, Mauris y Leodán) lo hicieron mal.Una vez más falló el bateo de apenas cuatro incogibles.
Con el ponche de Drake en el noveno selló así la actuación hasta la próxima versión, sin finalmente clasificamos. Japón y Taipei de China serán los representantes del Grupo B junto a Venezuela y Estados Unidos del A.
PRIMERAS MORALEJAS DEL PARTIDO.-
– Hicimos una de las mejores preparaciones de los últimos años, fuimos incluso a la cuna asiática, y terminamos con la peor actuación de los tres Premier. En 2015: 3V-·D, 2019: 1V-3 D, y en 2024: 1V-4 D, tal y como solo lograron Dominicana y Australia en el grupo B Puerto Rico en la A
– Este era el partido quizás de las oportunidades para Cristian Rodríguez y Lázaro Armenteros., de casi nula actividad,en el torneo, pero una vez más la dirección decidió jugársela con sus cartas más experimentadas, aunque terminamos viendo el mismo resultado, incluso en el choque de más presencia de público de los jugados: 40 mil personas.
– Es la segunda vez que Taipei de China nos gana en estas justas. Más allá de la inspiración que siempre levanta la sede, el mentor usó una estrategia muy interesante; Nadie sacará más de cinco out y así el staff estará listo para la ronda final. !Y le salió de maravillas!
– Yera aceptó el reto de volverse a subir a la lomita y otra vez los indicadores de efectividad en cuatro entradas son aplaudibles. Pero los encuentros se ganan también bateando y con excepción de Japón, nuestro equipo jamás pasó de 10 indiscutibles.
– Al concluir el juego Armando Johnson ofreció sus consideraciones sobre lo vivido, con errores incluidos de la dirección del equipo, así como las experiencias y variables a tener en cuenta para futuros compromisos internacionales. (ENTREVISTA QUE PUBLICAREMOS EN BREVE).
– Con el sello final 2-0 frente a Taipei, termina con total seguridad un ciclo de trabajo de la dirección técnica y hasta de muchos jugadores en el equipo nacional. De esas y más moralejas finales hablaremos en el siguiente post.
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.