La Habana es una ciudad inquieta. Así amanece y poco a poco va cobrando intensidad el pulso con el que su población le imprime a la vida que la caracteriza.
Cada quien de la manera que esté a su alcance. Se dispone a comenzar una nueva jornada y toma el rumbo previsto de antemano para el día o le da continuidad a lo que inició con anterioridad.
El ir y venir de autos y otros medios de transporte por avenidas, calzadas, calles y demás vías, personas que se dirigen a su centro laboral o a una determinada diligencia u optan sencillamente por andar o desandar la ciudad.
Son algunas de las más diversas formas que ponen de manifiesto el movimiento de una ciudad cosmopolita por excelencia.