Los hilos invisibles de mayo

Los hilos invisibles de mayo

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Foto: Gloria Morales Campanioni

Este 15 de mayo en la Isla de la Juventud se entretejen dos acontecimientos que conforman las páginas de la memoria histórica de la localidad: el aniversario 69 de la excarcelación de Fidel y los Moncadistas y el 112 del natalicio del destacado revolucionario Mariano Rives Pantoja, destacado combatiente revolucionario pinero.

Tales motivaciones reunieron a historiados, combatientes, cederistas, federadas y pueblo en general, para rememorar los antecedentes del 15 de mayo de 1955, donde Mariano Rives, primer alcalde revolucionario de la entonces Isla de Pinos, desempeñó un rol determinante como miembro del Comité Pro Amnistía.

Esta fuerza, integrada por sectores democráticos y progresistas del país, movilizó a la opinión pública, a favor de la libertad de los heroicos asaltantes a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y el Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo.

Con anterioridad el tirano Fulgencio Batista con el mayor cinismo planteó que a fin de lograr un clima “de paz y concordia” en la nación, primero los amnistiados debían comprometerse a acatar el régimen y las leyes establecidas, o sea, proponía dejarlos libres si renunciaban a sus ideas y no enfrentaban más a la tiranía.

Por supuesto que ese chantaje fue denunciado por Fidel y sus compañeros, quienes se negaron a recibir un indulto con condiciones, lo cual provocó el aislamiento del líder de la Generación del Centenario a una celda en solitario en el Presidio Modelo.

 

Los Moncadistas no cedieron al chantaje

Fidel y sus compañeros denunciaron el chantaje del tirano y se negaron a recibir una amnistía en aquellas condiciones. La valiente posición asumida por Fidel determinó que se extremaran las medidas de incomunicación y aislamiento sobre él en el presidio.

 

Foto: Gloria Morales Campanioni

Su respuesta fue rápida y en un largo documento, que consiguió sacar de la prisión y se reprodujo en la prensa, expresó:

Si nosotros considerásemos que un cambio de circunstancias y un clima de positivas garantías constitucionales exigiesen un cambio de táctica en la lucha, lo haríamos solo como acatamiento a los intereses y anhelos de la nación, pero jamás en virtud de un compromiso, que sería cobarde y vergonzoso, con el Gobierno. Y si ese compromiso se nos exige para concedernos la libertad decimos rotundamente que no.

“No, no estamos cansados. Después de veinte meses nos sentimos firmes y enteros como el primer día. No queremos amnistía al precio de la deshonra. No pasaremos bajo las horcas caudinas de opresores innobles. ¡Mil años de cárcel antes que la humillación! ¡Mil años de cárcel antes que el sacrificio del decoro!”.

Por ese documento Fidel fue llevado al consejo de dirección del reclusorio. Sus miembros querían saber cómo se las arregló para sacarlo de la cárcel y si para hacerlo contó con la complicidad de algún funcionario del penal. Él expresó que asumía plenamente la responsabilidad y aseguró, bajo palabra de honor, que ningún funcionario de la prisión incurrió en descuido, negligencia o ausencia de vigilancia con relación al envío del documento al exterior. Como consecuencia, fue sancionado a 30 días de privación de comunicación y visitas.

 

Pasos hacia la amnistía

En mayo de 1954 surgió entonces la organización Madres Cubanas, que no tardaría en convertirse en el Comité de Familiares Pro Amnistía de los Presos Políticos, con centenares de afiliados en toda la Isla, exigiendo amnistía política, lo cual tomó tal fuerza, que, en mayo de 1955, el tirano se vio precisado a conceder la libertad a Fidel y los demás combatientes de los cuartales, sin condición alguna.

Después de 22 meses de encierro, el 15 de mayo de 1955, Fidel y sus compañeros salieron del Presidio Modelo de la Isla de Pinos.

Fidel y Raúl, fuera ya del reclusorio, los abrazaron sus hermanas. Haydée Santamaría se acercó a Fidel y, sin decir palabra, descansó la cabeza en su pecho y rompió a llorar. La acompañaba Melba Hernández.

Luego, en el hotel Isla de Pinos, se reunió con los periodistas que inquirieron sobre su pensamiento y actitud política futura. En horas de la madrugada abordaron la embarcación el Pinero en la que se trasladaron hasta el puerto de Batabanó, para después trasladarse a la estación central de ferrocarriles de La Habana, donde una multitud bulliciosa invadía los andenes y salones del tren.

La madre de Abel Santamaría y otras mujeres que perdieron a sus hijos en el Moncada, desplegaron una bandera cubana y cantaron el Himno Nacional.

 

Foto: Gloria Morales Campanioni

Este miércoles 15 de mayo, la miembro del Buró Municipal al frente de la actividad sector social Yanet Velázquez Colomar, justo en el mal llamado Presidio Modelo rememoró la efeméride y expresó el compromiso de los pineros de no dejar morir los ideales de tantos paradigmas que dieron su sangre por Cuba.

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