En rigurosa introspección y análisis de las distorsiones y desviaciones de su estructura transcurrió la víspera el Pleno del Comité provincial de la Central de Trabajadores de Cuba en Guantánamo, instancia a la pertenecen más de 50 trabajadores de entidades destacadas en la economía y los servicios, cuadros y dirigentes sindicales.
Las proyecciones del Gobierno cubano para el presente año, que también se debatieron en colectivos enrumbaron reflexiones desde el movimiento sindical hacia los errores estructurales que lastran el desempeño entre la masa obrera, el incumplimiento de planes de producción y de servicios y el rol de sus dirigentes en tal contexto.
Evaluaciones del accionar y propuestas de soluciones a problemáticas que subsisten al traste de la ética, creatividad, la ejemplaridad de algunos líderes para la movilización de los trabajadores y la transformación del escenario laboral fueron centro de opiniones, en tanto censuraron malos hábitos en rutinas de trabajo, el reunionismo, la incapacidad, falta de preparación y sentido del deber, iresponsabilidad e indisciplina de los cuadros de dirección.
Como uno de los tópicos más recurrentes la preparación de las reservas de cuadros de dirección mostró durante el intercambio lastres en el reconocimiento de la desmotivación a todos los niveles, las chapucerías y descontrol desde métodos y estilos de trabajo, escenario para el que propusieron el retorno de las escuelas elementales de capacitación del movimiento sindical, una herramienta fundamental en la competencia de nuevos líderes.
Igualmente, la débil atención a los cuadros, sus necesidades y preocupaciones personales por parte de los superiores, la inexperiencia e incapacidad de muchos para exigir y pedir cuentas ante equívocas gestiones administrativas obtuvieron criterios en la cita, como situaciones poco desapercibidas que entorpecen el avance de colectivos de producción o de servicios y generan desesperanza ante la masa obrera.
Ante el organismo de dirección más importante de la CTC en Guantánamo, presidido por Juana Eglis Fernández Louit, su secretaria general en la urbe, se conoció que el proceso de análisis hacia la corrección de distorsiones y desviaciones estructurales en función de enrumbar la economía transcurrió en más de tres mil cuatrocientas asambleas de todos los niveles y estructuras en la base.
Derivados de ese proceso, los trabajadores plantearon otras cuestiones subjetivas y obstáculos al desarrollo como las indisciplinas «normalizadas» a partir del proceso de bancarización, causantes de molestias a los trabajadores respecto los impagos de actores económicos y la pérdida de jornadas laborales por colas exhaustivas en instalaciones bancarias.
Asimismo, la desatención a los sistemas de denuncias, quejas y reclamaciones de los trabajadores, la falta de encadenamientos con nuevos actores económicos que puedan garantizar la estabilidad de materias primas para elaboración de productos, además de otros mecanismos burocráticos instaurados que incrementan las insatisfacciones de los trabajadores y sus familias.