“Para cumplir las expectativas de los trabajadores, el sindicato tiene que funcionar bien y tener liderazgo”, enfatizó Karen González Velázquez, miembro del Buró Provincial del Partido en Las Tunas, y su sentencia devino eje temático de las reflexiones que hizo el movimiento sindical con el objetivo de erradicar distorsiones en su desempeño.
Reunido en pleno extraordinario, los integrantes del Comité Provincial de la CTC retomaron cuestiones que constituyen prioridades en el perfeccionamiento de su labor, y digo retomaron porque en reiteradas oportunidades han sido –y siguen siendo- asuntos debatidos en profundidad sin que las propuestas tomen el cauce que necesitan.
Los participantes coincidieron en que es prioridad imprimir mayor combatividad y celeridad en el tratamiento a los planteamientos de los trabajadores, y atender con similares atributos sus inquietudes e insatisfacciones para que se sientan bien representados, “buscar hasta encontrar las soluciones o llevar explicaciones objetivas y oportunas que respondan a sus exigencias”.
Muchas reflexiones abogaron por una mayor vinculación de los dirigentes sindicales con la base, con los colectivos laborales en sus puestos para que se sientan acompañados en su batallar cotidiano frente a los desafíos actuales.
Por el fortalecimiento de los Comité de Innovadores y Racionalizadores, y de las comisiones de evaluación de los trabajos realizados por sus integrantes abogó Yaneicy Ávila Escalona, presidenta del Buró Provincial de la asociación que agrupa a esos trabajadores de vanguardia, que no siempre reciben los beneficios establecidos en la Ley 38.
Mailín Mir Corrales, miembro del Secretariado Provincial de la CTC, recordó con énfasis que en este asunto también tienen que tomar partido los sindicatos correspondientes para eliminar definitivamente esos frenos que niegan los postulados de la referida legislación.
Mir Corrales insistió en la importancia de capacitar y preparar a los nuevos dirigentes sindicales, que son hasta la fecha alrededor del 70 % de los seleccionados en las reuniones del proceso orgánico del 22 Congreso de la CTC, asambleas que devienen, dijo, una buena oportunidad para fortalecer a los ejecutivos sindicales a partir de la selección de sus integrantes con más aptitudes y actitudes para conducirlos.
También hablaron acerca del débil uso que hacen de la Ley del sistema de condecoraciones y títulos honoríficos concebida para estimular a trabajadores con desempeño sobresaliente y que exige seguimiento de sus resultados y la documentación.
Pablo Cuéllar Vargas, al frente del grupo provincial de capacitación, calificó como una distorsión no hacer valer el reconocimiento de la asamblea general de trabajadores como el órgano superior de dirección en los centros laborales.
Los análisis profundizaron, además, en la política de cuadro y las deficiencias que subsisten en la conformación de la cantera; la afiliación, tanto en el sector estatal como privado; la autopreparación de los dirigentes en lo referente a las legislaciones que se aprueban, porque solo así estarán en capacidad de hacer una buena representación y ganarán el liderazgo que les permitirá organizar, convocar y movilizar a los trabajadores para enfrentar los retos de estos tiempos.
En las palabras de resumen González Velázquez enfatizó que superadas esas trabas el movimiento sindical estará en mejores condiciones para cumplir esas misiones vistas como una necesidad para el país y la defensa de la Revolución.
¿Cuándo los Sindicatos van a liderar el aniquilamiento del ausentismo, la impuntualidad, el desaprovechamiento de la jornada laboral, la bajísima intensidad, productividad y calidad del trabajo, que caracteriza a su masa de trabajadores afiliados?
La indisciplina laboral es, después del bloqueo genocida de EEUU, la principal causa que no permite producir los alimentos, bienes, servicios y recursos necesarios para garantizar el sustento y desarrollo de nuestra sociedad socialista.
Y entonces, ¿cuándo?