San Vicente y las Granadinas entregó la presidencia pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños a Honduras. Cuarto orador del encuentro, Díaz-Canel ratificó que «Cuba siempre estará en la primera línea de los esfuerzos por consolidar el proyecto unitario del Río Bravo a la Patagonia
KINGSTOWN, San Vicente y las Granadinas.-«Esta unidad en la diversidad que ha logrado sostener la CELAC, se consolida, pero queda mucho por hacer», señaló el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en su intervención en la VIII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que sesionó aquí este 1ro de marzo.
Cuarto orador del encuentro, el mandatario cubano, en el inicio de sus palabras, agradeció a San Vicente y las Granadinas, primer país del Caribe anglófono en liderar «un grupo tan amplio y diverso de estados», y a su primer ministro, Ralph Gonsalves, «por su generosa hospitalidad y por la excelente conducción de la CELAC durante el mandato que hoy concluye», dijo.
«Los exitosos resultados del trabajo en este período, plagado de desafíos políticos a nivel regional y global, confirman que, no importa el tamaño de un país si existe voluntad política y compromiso con la integración latinoamericana y caribeña», aseveró.
Este viernes, los 33 países miembros de la CELAC, representados por más de una docena de Jefes de Estado y de Gobiernos, cancilleres y otros jefes de delegaciones, acordaron seguir trabajando, desde la unidad en la diversidad, por avanzar en la integración y los sueños de los próceres latinoamericanos y caribeños para forjar esa América Nuestra, como la definió Martí.
Durante el cónclave, el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, transfirió la presidencia pro témpore de la CELAC a Honduras, en la persona de la presidenta Xiomara Castro de Zelaya, quien junto a Colombia y su presidente, Gustavo Petro, que asumirá el batón en 2025, conforman la troika que consensuará el trabajo del mecanismo durante 2024.
La paz, la seguridad alimentaria, el cambio climático, la salud, estuvieron entre los temas abordados por los jefes de delegaciones, quienes se propusieron catalizar los procesos de integración, como expresó, entre otros, el presidente de Venezuela.
Nicolás Maduro llamó a establecer un mecanismo de consulta y decisión sistemático que supere la espera que a veces suponen los lapsos entre una cumbre y otra, y propuso crear una secretaria ejecutiva de la CELAC.
La mandataria hondureña, Xiomara Castro de Zelaya, subrayó por su parte la capacidad de la organización para avanzar en los esfuerzos y anhelos comunes. El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, llamó a superar los conflictos que se han generado en la región y retomar los consensos y el activismo internacional de la organización.
La condena al genocidio que se está cometiendo por Israel, con la complicidad de Estados Unidos, en la Franja de Gaza, Palestina, fue otro punto de convergencia de los dignatarios, así como la condena al bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. contra Cuba, y su inclusión en la espuria lista de países supuestamente patrocinadores del terrorismo.
Nuestros pueblos son los protagonistas de la integración
En su discurso ante sus colegas y demás jefes de delegaciones, el Presidente cubano hizo un repaso de lo hecho por la Comunidad desde aquella reunión histórica de fundación, en diciembre de 2011, en Caracas, cuando los países de la región apostaron «por avanzar juntos hacia la integración, definiendo a la unidad como la tarea urgente».
Pero, añadió, no «bastan las Cumbres y sus declaraciones, cuyos efectos prácticos son difíciles de apreciar, para que la CELAC cumpla sus objetivos fundacionales». «Los protagonistas de la integración y sus principales beneficiarios, tienen que ser nuestros pueblos», afirmó.
En otro momento de su discurso, Díaz-Canel subrayó la necesidad y posibilidad que tiene la CELAC para «una integración que privilegie la defensa irrestricta de la paz, la soberanía, la solidaridad y el humanismo; una integración que permita reposicionar a América Latina y el Caribe en el escenario internacional».
Y también —expresó más adelante— aspiramos «a una integración que asegure dignidad plena y justicia social para todos».
Además de expresar el apoyo de Cuba a las causas y luchas de los pueblos de América Latina y el Caribe, Díaz-Canel también reiteró la más enérgica condena al genocidio que se perpetra contra el pueblo palestino.
«Permanecer en silencio ante la masacre de casi 30 mil civiles en la Franja de Gaza en los últimos cinco meses, en su mayoría mujeres y niños, no sólo es inaceptable. Es incompatible con la dignidad humana», expresó.
«Nunca —ratificó— seremos cómplices de la barbarie que garantizará a los indiferentes, como mínimo, una condena de sus conciencias y de la historia, como pasó con los que miraron para otro lado cuando avanzaba el fascismo y terminaron siendo sus víctimas».
Más adelante, el Presidente de la Mayor de las Antillas agradeció a las naciones lationamericanas y caribeñas por demandar que se levante el criminal, ilegal y sexagenario bloqueo, recrudecido a niveles extremos tras la inclusión del país en la unilateral lista de Estados supuestamente patrocinadores del terrorismo, de la que también los países de la region demandan que Cuba sea excluida.
Al concluir sus palabras, Díaz-Canel ratificó que «Cuba siempre estará en la primera línea de los esfuerzos por forjar el proyecto unitario del Río Bravo a la Patagonia, por el que ofrendaron sus vidas los próceres de la independencia latinoamericana».
«Es momento de hacer realidad en la práctica, el concepto de “Nuestra América”, que tan bellamente describió José Martí. Es hora de construir “una sola Patria”, como soñó Simón Bolívar.
«La unidad, ese sueño de siglos, clavado como utopía en el horizonte de Nuestra América, ha vuelto a sacudirnos. No descansemos en la voluntad de conseguirlo para un mejor futuro de nuestros pueblos», exhortó.