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Cargando...Como profecía narrada en una leyenda fueron las palabras del Generalísimo Máximo Gómez cuando, impresionado por la mirada del niño Rubén Martínez Villena, le auguró: “Tu vida tendrá luz plena de mediodía”.
Apenas tres años de edad tenía el pequeñín en aquel encuentro casual cuando viajaba en tren con su padre. Absoluta realidad tuvo la predicción del insigne jefe supremo del Ejército Libertador contra el colonialismo español en Cuba.
Así lo demostró Rubén a través de su breve y fecunda existencia durante la cual llevó en si el decoro de muchos hombres, dispuestos a continuar por nuevos derroteros el esfuerzo libertario truncado por la intromisión imperialista en 1898 luego de tres decenios de férrea lucha por la soberanía de la patria.
El 16 de enero de 1934 la cruel enfermedad que lo azotaba apagó la vida del joven de “pupila insomne” que con diáfana visión política proclamó “una carga para matar bribones, para acabar la obra de las revoluciones”. Definía así la urgencia de continuar por nuevos derroteros el camino libertario truncado por la intromisión imperialista en 1898 luego de tres decenios de férrea lucha por la soberanía de la patria.
Prominente intelectual y combatiente comunista, perteneció a la generación de revolucionarios cubanos en una etapa de violenta y aguda lucha de clases. Tuvo el honor, junto a otros combatientes, de haber retomado la necesidad de proseguir, bajo nuevas condiciones históricas, la epopeya que protagonizaron Céspedes, Agramonte, Martí, Maceo, Gómez y muchos otros próceres.
Con la estatura de un auténtico líder, Martínez Villena hizo suya la histórica Protesta de los Trece, acción política en la que junto otros jóvenes intelectuales denunciaron públicamente los turbios negocios de un alto funcionario del gobierno.
Conocedor y seguidor de las ideas martianas, a Rubén lo conmueve la necesidad de explorar la obra de Marx y Lenin, a cuyo análisis consagró largas jornadas. Fruto de esas lecturas, abrigó de inmediato, y para siempre la causa del marxismo leninismo.
La toga de abogado en defensa de los representantes de la clase obrera y de su hermano de luchas, Julio Antonio Mella, fue otra faceta de Martínez Villena, quien con absoluta valentía calificó al dictador Gerardo Machado (1929-1933) como “Asno con garras”.
Junto a Mella, participó en la creación de la Universidad Popular José Martí, fundó el Grupo Minorista, la Falange de Acción Cubana y se sumó al Movimiento de Veteranos y Patriotas, desde el cual defendió la línea insurreccional como método de lucha.
De su impronta intelectual sobresalen entre sus mejores creaciones literarias La pupila insomne, El gigante y el Mensaje Lírico Civil.
Dejó a un lado la poesía y reclama la libertad de los obreros presos y el cese de la persecución a otros, organiza sindicatos, visita fábricas y talleres y participa con los ferroviarios y portuarios en sus reivindicaciones.
Junto a líderes proletarios puso toda su capacidad para orientar y dirigir huelgas entre ellas la de marzo de 1930 y en agosto de 1933, la cual derrocó a la feroz dictadura.
Viajó a Moscú para ingresar en sanatorio, retornó a Cuba con el empeño de seguir siendo útil y se dedicó por entero a la preparación del IV Congreso de la Unidad Sindical, del 12 al 17 de enero de 1934, en el cual se conoció la dolorosa noticia de su fallecimiento, el día 16.
“Era un hombre que anteponía su deber a todo”, como bien señalara su contemporáneo el doctor Raúl Roa García, escritor, político, diplomático y revolucionario cubano.
La luz de Rubén constituyó guía para las generaciones de revolucionarios cubanos que retomaron su legado como lo hicieron el 26 de julio de 1953 los jóvenes liderados por Fidel Castro Ruz con el asalto al Cuartel Moncada para emprender la insurrección armada por la justicia social y la definitiva independencia de Cuba.
Acerca del autor
Graduado de Licenciatura en Periodismo, en 1976, en la Universidad de La Habana. Hizo el servicio social en el periódico Victoria, del municipio especial isla de la Juventud, durante dos años.
Desde 1978 labora en el periódico Trabajadores como reportero y atiende, desde 1981 temas relacionados con la industria sideromecánica. Obtuvo premio en el concurso Primero de Mayo en 1999 y en la edición de 2009. Es coautor del libro Madera de Héroes.
