Como velos sucesivos que es preciso descorrer para llegar a las esencias de los problemas, los intensos debates de la Asamblea Nacional del Poder Popular durante la pasada semana permitieron, mediante la inteligencia colectiva, ir de lo visible a lo invisible en el estado de nuestra economía y de la sociedad.
Una gran pregunta nos quedó quizás en el tintero: ¿Es posible todavía materializar el cumplimiento de las exportaciones para el año 2023? ¿Cómo hacerlo? Al definir este indicador como la primera prioridad para la economía cubana en el actual año, Alejandro Gil Fernández, vice primer ministro, también titular de Economía y Planificación alertó sobre su ejecución solo al 35.7 % del plan al cierre de junio.
Sin ingresos en divisas todas las restantes medidas económicas quedan solo en intenciones, advirtió Gil Fernández, al recalcar que el ritmo de las exportaciones tendría que crecer de algo más de 200 millones mensuales que se lograron en el primer semestre, hasta más de 380 millones al mes durante la segunda mitad del año, para así poder ingresar los alrededor de 2 mil 300 millones de dólares que completarían el plan anual.
Aunque no poseemos toda la información sobre si es posible o no conseguir un salto de esa magnitud en las exportaciones, sobre todo si tenemos en cuenta que la segunda mitad del año tiene al menos dos meses de baja actividad económica (julio y agosto), esta meta resulta definitoria.
Porque la disponibilidad mayor o menor de divisas es el factor que en última instancia pone a la economía cubana contra la pared para cumplir su estimado de crecimiento anual del 3 % del PIB, lo cual decidirá en que podamos comenzar a remontar o no otras muchas dificultades.
No hay soluciones fáciles en ese camino y “cada medida tiene riesgos en su aplicación”, afirmó el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez en el discurso de clausura. Por eso la urgencia de profundizar en el debate, identificación de los problemas y sus causas, así como en la búsqueda de respuestas efectivas sobre la base de la ciencia y la innovación, como lo hicieron nuestros diputados en este Primer Período Ordinario de Sesiones de la X Legislatura.
Ese estilo, que sintetizó el Primer Secretario del Comité Central del Partido, de “ponerles nombre y apellidos, causas y posible solución a nuestros problemas”, hay que aterrizarlo también en cada centro de trabajo del país, ya sea una gran industria; una micro, pequeña o mediana empresa o hasta en el pequeño negocio de un trabajador por cuenta propia.
Porque como explicara Gil Fernández, todos los ingresos en divisas tienen un costo, ya sean exportaciones, remesas o créditos, y hay que sopesar muy bien dónde poner cada centavo para que rinda más y con mayor rapidez, aunque sin desatender los programas de desarrollo estratégico, las inversiones decisivas a mediano y largo plazos, y las tremendas deudas sociales que se nos acumulan.
La empresa estatal socialista asegura el 75 % de las exportaciones del país, lo cual constituye una clara señal de dónde se decide el juego. No obstante, hay que allanarles el camino y aprovechar más las oportunidades de encadenamientos para montar en ese carro a los actores no estatales, que hasta junio solo pudieron vender en el exterior 6.3 millones de dólares, el 0.2 % de las exportaciones.
La brecha del 8 % en el PIB en relación con el año 2019 que todavía arrastramos después de la pandemia, luego de un 2022 con un crecimiento económico muy ligero y asimétrico de solo 1.8 %, apunta hacia otro aspecto clave: la falta de crecimiento o disminución de la actividad primaria o productiva.
Son esas deformaciones estructurales las que están en la raíz de la inflación y otras situaciones críticas que impactan en el nivel de vida de la población, como el desabastecimiento de alimentos y otros bienes básicos para el consumo, en una combinación fatal con las terribles consecuencias del bloqueo del Gobierno de los Estados Unidos contra Cuba.
Hay capacidades productivas ociosas en el país y es preciso buscar incentivos fiscales y tributarios para incrementar en ese sector primario de la economía, como también se dijo en el Parlamento, donde —resumió el Presidente de la República— “fueron más visibles nuestros problemas y también más visible el empeño por alcanzar el horizonte de las soluciones”.