Por Gloria Morales Campanioni
Comenzó el verano, el Verano con amor, en todo el país, por lo que es vital hablar ya del respeto a las medidas higiénico-sanitarias, si queremos prevenir las enfermedades transmitidas por los alimentos, pues el calor es ideal para que muchos microorganismos se desarrollen con mayor facilidad en las comidas.
Resulta esencial velar por la correcta manipulación de los alimentos, máxime si en la actualidad es común detenerse a degustar, en cualquier establecimiento, lo mismo una pizza, un helado que un pan con…
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) este tema resulta prioritario, teniendo en cuenta que los alimentos insalubres están relacionados con la muerte de unos dos millones de personas al año, en su mayoría niños, lo cual constituye una importante causa de morbilidad y mortalidad
Cuidar por la inocuidad de los alimentos resulta imprescindible. A veces vemos normal y compramos a cuantos vendedores ambulantes veamos, quienes, esquivando a los inspectores, violan las normas higiénicas sanitarias para la manipulación, elaboración y expendio de alimentos y lo mismo proponen rosquita azucarada, tartaleta, panqué, caramelo, maní, tortica, coquito acaramelado, empanada, pizza, pastelito y hasta pru.
En ese momento ni reflexionamos en si velaron por su correcta manipulación o al menos tuvieron en cuenta las cinco reglas recomendadas por la OMS: mantener la limpieza de las manos, de los alimentos, del lugar de preparación y de los utensilios de cocina; separar los alimentos crudos de los cocinados, cocinarlos completamente, al menos a 70 º C; conservarlos a temperaturas seguras y utilizar agua y materias primas inocuas.
Dentro de estas medidas, el buen lavado de las manos por al menos 20 segundos es esencial, pues son estas el principal punto de contacto entre el alimento y el ser humano.
En ocasiones, detrás de esos alimentos se esconde la irresponsabilidad, con la cual pudo poner en juego su vida al consumir productos tal vez sin procedencia segura de su materia prima; a veces desprovistos de las mínimas condiciones higiénicas, como un nylon para cubrirlos de factores ambientales, preferentemente vectores y roedores portadores de microorganismos patógenos que pasan del estómago al intestino, atacan las células de la pared intestinal y comienzan a multiplicarse.
Es entonces cuando aparecen las enfermedades de transmisión digestiva. Según los especialistas la diarrea es un síntoma de infección gastrointestinal, causado por agentes bacterianos, virales y parasitarios o sustancias químicas que irritan el intestino. Es la segunda causa de atención médica en el mundo, superada solo por las infecciones respiratorias agudas; provoca el cuatro por ciento de las muertes y el cinco de pérdidas de salud que conducen a la invalidez.
Las enfermedades diarreicas agudas pueden ser resultado de las malas prácticas de higiene y relacionadas con las Enfermedades Trasmitidas por Alimentos (ETA), que no es más que el síndrome originado por la ingestión de alimentos contaminados, lo cual trae consigo la aparición de signos como taquicardia, bradicardia, disminución del pulso y síntomas entre ellos las diarreas, nauseas, cólicos abdominales, vómitos, dolor de cabeza, articulares, musculares, fiebre y otros.
Las ETA representa uno de los problemas más extendidos en la actualidad y se encuentran entre las cinco causas de mortalidad de los países de América Latina y el Caribe.
El tema amerita oídos receptivos de todos los involucrados en la cadena alimentaria, desde los productores hasta los consumidores, los segundos no deben olvidar lo antes dicho del lavado de las manos antes de consumir cualquier alimento, frutas y verduras.