Los últimos ocho años (1915-1922) han sido los más cálidos a escala mundial de los que se tiene constancia, un acontecimiento al cual ha contribuido el aumento constante de las concentraciones de gases de efecto invernadero —GEI, causantes del alza que registra la temperatura del planeta—, y la acumulación de calor.
Así lo dio a conocer un comunicado de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en el cual se precisa que durante el recién concluido 2022, la temperatura media mundial superó en aproximadamente 1,15 (de 1,02 a 1,27) grados centígrados (°C) los niveles del período preindustrial (1850-1900).
De tal manera, el 2022 se convierte en el octavo año consecutivo (2015- 2022) en el que las temperaturas anuales del mundo han superado en al menos 1 °C los niveles preindustriales, según los conjuntos de datos compilados por la OMM.
Es de apuntar aquí que los informes de la OMM se realizan sobre la base de datos climáticos procedentes de emplazamientos de observación y de buques y boyas que forman parte de redes marinas mundiales, que son posteriormente procesados por reconocidos centros nacionales e internacionales de investigación climática.
Según se advierte en el reporte de la OMM —organismo autorizado como portavoz de la ONU sobre el estado y el comportamiento del clima de la Tierra—, a medida que pasa el tiempo es cada vez más probable que se rebase, transitoriamente, el límite de 1,5 °C en el alza de la temperatura global establecido por el Acuerdo de París, adoptado por la comunidad internacional en el 2015.
En el citado informe, divulgado el pasado jueves, se añade que el 2022 no ha sido el período más cálido jamás registrado, sino «solo» el quinto o sexto más caluroso, debido al freno impuesto por el efecto de enfriamiento ejercido por el presente episodio sumamente persistente de La Niña, que actualmente transita por su tercer año consecutivo.
Debe señalarse que La Niña es un fenómeno que ocasiona un enfriamiento a gran escala de la temperatura de la superficie del océano en las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical, aunque el efecto de enfriamiento que causa a escala mundial es transitorio.
Considerando esto último, los autores del informe estiman que el actual evento de La Niña será efímero y se mantendrá solo hasta el venidero mes de marzo; y por tanto, no invertirá la tendencia de calentamiento a largo plazo provocada por los niveles sin precedentes de los GEI, que retienen el calor en la atmósfera.
Y en esta dirección, los investigadores nos recuerdan que desde los años ochenta del pasado siglo cada nuevo decenio ha sido más cálido que el anterior, ejemplificándose con datos del Sexto Informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), según el cual la temperatura media decenal para el período 2013-2022 se situó 1,14 °C por encima de los niveles preindustriales, superior a los 1,09 °C registrados en el decenio 2011-2020.
Sobre lo anterior, debe añadirse aquí que, en sus previsiones para el 2023, publicadas el pasado mes, el Servicio Meteorológico Nacional del Reino Unido —colaborador de la OMM—, vaticina que este año la temperatura media mundial estará situada entre 1,08 °C y 1,32 °C por encima de la media del periodo preindustrial.
En su comunicado, la OMM reitera que el calentamiento global, así como otras tendencias de cambio climático a largo plazo, se mantendrán fruto de los niveles récord de GEI que retienen el calor en la atmósfera, y también menciona las catastróficas consecuencias que ya provoca el trastorno del clima global, dañando de manera creciente a la especie humana y a toda la naturaleza planetaria.
Ejemplificando sobre esto último, el informe se refiere a las numerosas olas de calor extremas, tormentas de gran intensidad, sequías e inundaciones devastadoras que durante el 2022 afectaron a millones de personas y además causaron pérdidas materiales millonarias.
Ante tan crítica situación y peores perspectivas, la comunidad científica internacional insiste reiteradamente en aplicar con urgencia medidas efectivas para frenar el calentamiento global; pero tal llamado no obtiene aún el necesario apoyo de la mayor parte de los países más desarrollados, que no asumen sus responsabilidades como principales depredadores históricos de nuestra casa común.
Haciéndose eco del reclamo, el Secretario General de la ONU, António Guterres, reiteró este diciembre que los planes actuales son insuficientes para enfrentar la amenaza existencial que supone el calentamiento del planeta, a la vez que urgió una vez más a los líderes mundiales a tomar medidas creíbles para mitigar el cambio climático.
En este contexto, Guterres anunció la convocatoria a una Cumbre de Ambición Climática en septiembre del año actual, la que se efectuará, según aseguró, “Sin excepciones. Sin componendas. No habrá lugar para detractores, lavados de cara ecológicos, o reempaquetadores de compromisos antiguos».
“Será una cumbre sin tonterías”, sentenció el máximo dirigente de la Organización de las Naciones Unidas. (Con información de sitios web de la OMM, Noticias ONU y El Espectador)