Murió Edson Arantes do Nascimento. Expiró O Rei y llora la pelota. Millones de mensajes de WhatsApp zigzaguearon celulares: sucumbió el brasileño Pelé, reverenciado como el mejor futbolista de la historia.
La clarinada de su pérdida la dieron hijos y nietos que, de todas partes, llegaron a pasar la Navidad y el Fin de Año con la leyenda deportiva, de 82 años, en el hospital Albert Einstein de Sao Paulo, donde el tricampeón mundial (1958,1962,1970) permanecía internado desde finales de noviembre.
«Casi todos. Feliz Navidad. Gratitud, amor, unión, familia. La esencia de la Navidad. Gracias a todos por todo el amor y la luz que enviáis·, escribió el 24 de diciembre su hija Kely Nascimento en la red social Instagram, acompañada de una foto en familia en el centro sanitario.
En el último boletín divulgado por el hospital el 21 de diciembre, se informó acerca de la progresión de la enfermedad oncológica, un avance del cáncer de colon que trató desde el año pasado el «artista de la bola», quien estuvo anestesiado, como parte de la atención paliativa.
La Perla Negra, como lo apodan algunos comentaristas deportivos, fue diagnosticado en septiembre de 2021 con cáncer de colon.
Este es uno de los tipos más comunes en Brasil y se caracteriza por la presencia de tumor maligno en el intestino grueso.
Por ese padecimiento, el exastro del fútbol llegó a ser internado para tratamiento en febrero de 2022. El 29 de noviembre fue ingresado nuevamente para una reevaluación del método de quimioterapia.
La exestrella del balón también pasó por cirugías de cadera y de columna, y desde 2012 se desplazaba con cierta dificultad, llegando incluso a mostrarse en público en silla de ruedas.
Apodo Pelé
Nunca supo la leyenda el origen del sobrenombre Pelé. Cuando indagó con amigos de la infancia tampoco supieron responder.
Durante una entrevista realizada en 1976 en México, uno de sus maestros, quien también desconocía sobre la génesis del mote, solo dejó entrever que, para los hawaianos, tal vocablo significa Dios.
Otra hipótesis sobre su seudónimo es el significado que Pelé (Pele) tiene en hebreo, concerniente a algo admirable o sobrenatural, es decir, un milagro.
En su niñez, amigos cercanos lo llamaban Dico, apelativo que también adoptó su madre.
Historiadores aluden a que uno de los tíos del exjugador, Jorge, comentó que cuando era chaval, era obligado, por su estatura (1,73 cm), a atajar balones.
Quienes jugaban con él decían que se creía Bilé (Moacir Barbosa Nascimento), destacado guardameta de la selección brasileña.
Aquella pronunciación infantil, sumada al acento de Tres Corazones, municipio del estado de Minas Gerais (sudeste), con el tiempo fue cambiando y el joven terminó ganando su propio alias como el mítico Pelé.
Lo de catalogarlo como monarca se certificó después del Mundial de 1958. La revista francesa Paris Match le dedicó una portada en la que lo llamaban Le Roi (El Rey). Desde ese entonces, en Brasil se le conoció como O Rei Pelé.
Tres copas y eterna camiseta 10
Pese a que de vez en cuando el balompié exhibe jugadores fenomenales, también a lo largo de generaciones aflora la interrogante: «¿Quién fue el mejor del mundo?”.
Aunque se comparan futbolistas de la misma época, casi todas finalmente apuntan a quien de niño lustró zapatos en las calles.
¿Pelé o el argentino de origen italiano Alfredo Di Stéfano? ¿Pelé o el alemán Frank Beckenbauer?; ¿Pelé o el argentino Diego Armando Maradona? o finalmente ¿Pelé o el también gaucho Lionel Messi?
Los defensores de su majestad argumentan que, por su explosivo y desequilibrante juego, el brasileño eternizó el número 10 en las camisetas de fútbol, se puso la corona en la primera conquista, en 1958 en Suecia, con solo 17 años.
Cuatro años después en Chile, aunque solo jugó dos partidos a causa de una lesión, volvió a beberse el cáliz.
Y pese a que, en 1966, fue batido por los portugueses, cuatro calendarios más tarde, en 1970 (México), protagonizó un espectáculo de goles antológicos. Dio una clase de fútbol que el mundo vio por vez primera en colores, en transmisiones televisivas.
Santos, club de sus amores
Por el club Santos, Pelé hizo que el equipo de Sao Paulo fuera conocido en todo el mundo.
Debutó con el atuendo blanco-negro el 7 de septiembre de 1956 marcando un gol. Pero en aquel entonces el conjunto contaba con jugadores consagrados, como Zito, Pepe y Pagão.
El novato tuvo que esperar su turno y la oportunidad apareció en 1957. En su primer Campeonato Paulista como titular resultó goleador, con 17 dianas. No le bastó y en su segundo torneo gritó 58 veces en 38 cotejos: impuso marca prácticamente inalcanzable.
Para la década de 1960, el Santos estableció un reinado excepcional: ganó en 1960, 1961, 1962, 1964, 1965, 1967, 1968 y 1969. La maquinaria Pelé era imparable.
La jerarquía del equipo rebasó fronteras. En ese último año, durante una excursión del Santos por África, Nigeria y la República Separatista de Biafra (un enclave en ese territorio), que estaban en guerra, firmaron un alto el fuego de 48 horas para que los dos bandos pudiesen asistir al cotejo.
El tour por África dio buenos números a Santos y también a Pelé. En total fueron cuatro victorias, cuatro empates y una derrota. O Rei anotó ocho goles en nueve cotejos y totalizó 946 mientras buscaba su marca de mil perforaciones.
«Para Santos es un hecho relevante, porque enaltece cada vez más el nombre del club. Además, el hincha se enorgullece de saber que su equipo detuvo una guerra», dijo en una ocasión Guilherme Guarche, coordinador del Centro de Memoria y Estadística de la sociedad futbolística.
Pelé es el mejor artillero de todos los tiempos. Los números varían según la fuente, pero está registrado que marcó más de mil 280 goles en poco más de mil 360 partidos. Y llegó al milésimo con solo 29 años.
Más goles en un año. En 1959, calendario después de la consagración en la final de la Copa Mundial de Suecia, la Perla Negra estampó su firma en 126 dianas increíbles. La barrera de los 100 también fue superada en 1961 (111) y 1965 (105).
Bien lo definió el extinto escritor y cineasta italiano Pier Paolo Pasolini (1922-1975): «En el momento en que la pelota llega a los pies de Pelé, el fútbol se transforma en poesía». (Tomado de PL)
En la torre de Babel que es este mundo idiomático, el balompié en cada lengua tiene sus estamentos: ¨»FUTEBOL», «FÚTBOL», «CALCIO», BALOMPIÉ, «SOCCER», «Fußball», «Französisch», «ARTIKEL», «Reißverschluss» y muchísimos nombres más¨, incluso lo que es en el mundo Fútbol, en USA es soccer; sin embargo, en todas las lenguas, este deporte tiene un solo Rey, y se escibe y pronuncia PELÉ.
En la valoración, coincido con Tostao, Campeón junto al Rey en la Copa de México 70, cuando este anota: Diego Maradona era espectacular, pero no estaba al nivel de Pelé físicamente, no marcó el número de goles que marcó Pelé. Lionel Messi es espectacular, pero no cabecea el balón como lo cabeceaba Pelé, no dispara tan bien con las dos piernas. Cristiano Ronaldo es un futbolista excepcional, pero no tiene la habilidad que tenía Pelé y no hace los pases increíbles que hacía Pelé, enfatizó. Si tomamos las cualidades de Cristiano Ronaldo y de Messi y las combinamos, ¡entonces tendremos un jugador que comparar con Pelé! Añado otra consideración, ¨Nadie de las actuales estrellas vigentes hubiera podido soportar lo que el brasileño sufrió en carne propia. Para jugar el «juego bonito» en los tiempos en que el futbol era «salvaje» sin tantas penalidades o leyes a favor del futbolista; la única forma de pararlo era atacando mediante «patadas violentas» directamente a sus rodillas, peroné y tobillos¨ Así, en 1966 en la Copa de Chile, en el juego contra Bulgaria, un defensa, creo recordar llamado Jenchev, prácticamente acaba con la carrera deportiva del astro. Descanse en paz, el fútbol está de luto.