La FAO ante los desafíos de la crisis alimentaria

Desde el año 1979 se conmemora el Día Mundial de la Alimentación, una celebración promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con el  objetivo declarado de disminuir el hambre en el mundo, objetivo incluido en la Agenda 2030 con su meta de hambre cero.

Empero, en  esta ocasión, el 16 de octubre “llega a un contexto cargado de muchos desafíos para Cuba y para el mundo, pero la fecha es una oportunidad para la reflexión y la acción ante las crecientes problemáticas de la seguridad alimentaria exacerbadas por el impacto de la Covid-19, el cambio climático y el conflicto bélico entre Rusia y  Ucrania”.

Así describió el señor Marcelo Resende, representante de la FAO en Cuba, el  actual panorama internacional signado por esos tres factores que se levantan como grandes obstáculos para atender ese derecho universal de las poblaciones del planeta.

Pero, “no es solo Cuba la que está pasando por una crisis de la seguridad alimentaria. El mundo está pasando por un momento difícil”, remarcó  Resende en las palabras de clausura de las actividades centrales del país por el Día Internacional de las Mujeres Rurales, celebradas en la provincia de Las Tunas y que retomó en un aparte con la prensa acreditada.

Y para ilustrar, Resende citó partes del informe de la ONU titulado El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, que trata un asunto vital para la humanidad, “el número de personas que padecen hambre, enfatizó, en el mundo aumentó hasta alcanzar los 828 millones de personas en 2021, lo que supone un aumento de unos 46 millones desde 2020 y de 150 millones desde el brote de la pandemia de la enfermedad por coronavirus Covid-19”.

Llamó la atención sobre nuestra región geográfica y señaló que en América Latina y el Caribe, según el mismo informe, el número de personas afectadas por este flagelo creció en cuatro millones entre 2020 y el 2022.

Cuba en este escenario

“Y en este difícil escenario, exaltó,  la respuesta de Cuba ha sido la aprobación de la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional en contexto de profundas transformaciones del sistema alimentario local, mayor articulación de la ciencia, la tecnología y de la innovación con la producción de alimentos y del impulso de municipios cada vez más sostenibles.”

“Es la hora, es el turno, dijo, del municipio, del desarrollo local, de los sistemas alimentarios locales y de hacer realidad en cada territorio los sistemas alimentarios sostenibles que necesitan la participación de todos los actores, hombres y mujeres que intervienen en los procesos productivos.”

Significó que esa legislación es un aporte en el camino de fortalecer derechos a una alimentación sana, adecuada de la población cubana, reconocido por los artículos 77 y 78 de la Constitución de la República; y, la consideró como una muestra de la voluntad política del Estado para promover y hacer efectivo ese derecho  en la Isla.

La FAO en Cuba

A nuestro país, la  FAO ha destinado  38, 2 millones de dólares, como parte del proyecto IRES, ejecutado en Cuba por el Ministerio de la Agricultura con asistencia técnica de FAO y financiamiento del Fondo Verde para el Clima,  que procura el incremento de la resiliencia climática de los hogares y comunidades rurales, a través de la rehabilitación de paisajes productivos en localidades seleccionadas de la República de Cuba”.

La iniciativa tendrá impacto en la restauración productiva de 35 mil hectáreas en tres provincias y siete municipios: Las Tunas (municipios Amancio, Jobabo y Colombia); Matanzas (en Los Arabos); y, Villa Clara (en Santo Domingo, Quemado de Güines y Corralillo).

El funcionario destacó que IRES se implementa en esos territorios con suelos degradados o  invadidos por el  marabú y se propone reducir vulnerabilidades climáticas de agricultores y organizaciones.

Específicamente, en Las Tunas, Resende reconoció el apoyo que brindan las máximas autoridades del territorio, el Sistema de la Agricultura, la ANAP,  la FMC y el CITMA a este programa que contribuye a la rehabilitación de cerca de 16 mil hectáreas, mediante acciones de fomento de sistemas forestales, agroforestales y silvopastoriles  encaminados a la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos, y que favorecen el incremento de la producción de alimentos.

“Los módulos agroforestales incluirán cedros intercalados con especies forestales. Y con los otros se potenciará la siembra de árboles frutales con cultivos varios y de leguminosas y árboles de sombra que permitirán el desarrollo de la ganadería.

Epílogo

“Frente a las crisis mundiales, apostilló, las soluciones son necesarias y hoy más que nunca se necesitan soluciones sostenibles que consideren el desarrollo a largo plazo fomentando el crecimiento económico inclusivo y construyendo una mayor resiliencia, esa es nuestra aspiración.”

“Desde nuestra representación, acuñó Resende, reconocemos los pasos de Cuba en el camino de la transformación en sus sistemas alimentarios y los invitamos a asumir este Día Mundial de la Alimentación desde la esencia misma de su lema como una oportunidad para coadyuvar las acciones de todos y lograr una mayor producción, una mejor  nutrición, una mayor alimentación  y no dejar a nadie atrás.”