Aunque se diga, y se repita, que el Código de las Familias, el cual se llevará a referendo el próximo 25 de septiembre, otorga libertades, mayor protección, reconoce la diversidad y afianza los afectos, varios son aún los detractores del mismo.
Y, a pesar de que se explique que el Código solo refleja esos matices que ya caracterizan la vida del cubano y protege, a su vez, a los menos favorecidos, algunos oídos solo quieren saber de negativizar ciertos elementos.
Para arrojar luces y demostrar los elementos que convierten a este documento en algo único, durante dos días el doctor en ciencias jurídicas Leonardo Pérez Gallardo, miembro de la comisión redactora del Código, estuvo caminando Camagüey.
Y según reflejan medios locales, dialogó con pobladores del batey azucarero Ignacio Agramonte, en el municipio de Florida, con juristas, representantes de organizaciones políticas y de masas y con estudiantes y profesores de la carrera de derecho de la Universidad de Camagüey.
Pérez Gallardo tenía como objetivo simplemente explicar las razones del voto por el sí, sobre todo en estas tierras caracterizadas por las tradiciones, el amor filial y familiar.
Pero no impuso sus ideas. No. En los lugares donde estuvo enumeró razones y confirmó que este Código solo retrata a la sociedad cubana.
“El Código, dijo, no constituye nada nuevo, nada de lo que está aquí no existe. El derecho siempre llega tardíamente y lo que estamos haciendo es saldando una deuda con todos los sectores vulnerables respecto al cual el manto protector del Derecho no se extendía”.
Descargue: Proyecto del Código de las Familias (34132 descargas)
Para que se comprendiera de igual manera el especialista enfatizó en cuestiones como que el documento otorga derechos a todos, que la familia va más allá de los que se unen y tienen hijos, porque una familia puede ser hasta de dos hermanos.
También por estos días detalló sobre las separaciones de parejas y el divorcio, los derechos que se ganan y pierden, la adopción de menores, la responsabilidad parental, la autonomía progresiva, la multiparentalidad, así como la protección a los ancianos.
Y es que como el jurista enfatizó “el Código busca revitalizar valores que se han perdido desde la educación formal y es la norma jurídica en la cual el Derecho viene de la mano directa del amor y el afecto, que son la base de las relaciones familiares”.