Cargando...A Cristian Aguilera Rivas la noticia no lo sorprendió. Me dijo que él estaba seguro que ese momento llegaría más temprano que tarde. Y del ranchón que colinda con el malecón de la ciudad de Puerto Padre salió muy contento a llevarles la buena nueva a su mamá y a sus cuatro hermanitos.
La Dirección Municipal de la Vivienda les entregó gratuitamente el título de propiedad de una vivienda que la institución adquirió al costo de cien mil pesos y lo hizo amparada en el programa que el Estado cubano lidera para apoyar a madres con tres o más hijos en situación de vulnerabilidad.
Y a Martha García Zaldívar, la tía que lo acompañaba, los ojos se les colmaron de lágrimas, “porque tanta alegría no me cabe en el pecho. De alguna forma tiene que salir. No tengo palabras para agradecerle a la Revolución esta ayuda”, exaltó emocionada.
Cristian es un jovencito de 15 años de edad y desde los cuatro carga un padecimiento oncológico que combate con el apoyo de las instituciones sanitarias, organismos del Estado y su familia, cuyas atenciones le permiten su inserción social.
Cristian asistió a la XVII edición del Proyecto Manos por una sonrisa que, auspiciado por la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir) en la provincia de Las Tunas, une las manos y el corazón de cientos de sus miembros y diferentes entidades para provocar la sonrisa de niños aquejados de enfermedades de este tipo.
Y junto a él, otros nueve niños aquejados de dolencias crónicas disfrutaron de una emocionante jornada que animaron payasos y en la que recibieron, indistintamente, diferentes donativos con productos alimenticios y de aseo personal y golosinas, entre otros artículos como expresión del sentimiento solidario y el humanismo que motiva a sus protagonistas.
En nombre de los padres y familiares Odalis Bermúdez López, madre de uno de los muchachos, calificó de maravilloso el gesto y agradeció los esfuerzos de todos los que aportaron a esa entrega.
Yaneisi Ávila Escalona, presidenta del Buró Provincial de la Anir, agradeció a los hacedores de esa obra de infinito amor y les prometió a los pequeñines que la organización seguirá propiciando estos encuentros con los ímpetus de siempre y la experiencia adquirida en los siete años de trabajo.
