Por: Leticia Martínez Hernández
En Cuba, 1 874 565 niños entre dos y 18 años tienen su esquema completo de vacunación contra la COVID-19, lo que ha posibilitado que en el país no se reporten fallecidos, ni casos graves o críticos en esas edades, luego de la campaña desplegada en toda la nación, primera de su tipo en el mundo para combatir esta enfermedad.
Sobre las evidencias del impacto de la inmunización con Soberana en la población pediátrica se informó al Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y al Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, durante el encuentro que todos los martes sostienen con expertos y científicos del Ministerio de Salud Pública que lideran las actividades de ciencia e innovación tecnológica en el enfrentamiento a la pandemia.
La doctora María Eugenia Toledo Romaní, investigadora líder de Soberana 02, resaltó la decisión tomada por el país — muy tempranamente — de vacunar a sus niños y adolescentes, lo que permitió “adelantarnos” a la ola de la variante Ómicron. Por tanto, dijo, hoy estamos teniendo muchos menos casos pediátricos con COVID-19, si nos comparamos con otros países del mundo.
La doctora del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí informó que en Cuba se han administrado más de cinco millones de dosis de Soberana y la cobertura en niños entre dos y 18 años es de un 96,6%.
Un elemento importante, agregó, ha sido la seguridad con que todo fue conducido: los eventos adversos asociados a esta campaña de vacunación fueron menos del 0,01%. Los más serios tuvieron que ver con eventos locales, no hubo eventos sistémicos en los niños vacunados. En Cuba, afirmó, no existe ningún reporte de miocarditis o pericarditis a causa de nuestras vacunas.
Toledo Romaní habló de las estimaciones hechas por los investigadores de Soberana sobre cómo cambia el riesgo en un niño que se vacuna y en otro que no lo hace. Un niño que no recibe sus dosis, detalló, “tiene 18, 2 veces más riesgo de enfermarse, pero además tiene mucho más riesgo de padecer las formas severas de la enfermedad”.
En su actualización, la investigadora igualmente informó sobre los 132 mil niños convalecientes de COVID-19 que han recibido su dosis de Soberana Plus. Según refirió, en los estudios se demostró que son similares los títulos de anticuerpos de los niños convalecientes inmunizados solo con Soberana Plus y los que recibieron las tres dosis.
Llamó la atención sobre el hecho de que “el impacto de la vacunación no solo puede verse en la salud, en los casos reportados o en las formas graves evitadas”. También tenemos que detenernos en el impacto social y económico que dio la posibilidad de que los niños cubanos volvieran a sus escuelas. La campaña de vacunación con Soberana, consideró la investigadora, “fue una fiesta: la fiesta por volver a la escuela”.
El hecho de que Cuba tuviera la voluntad política de no comenzar el curso hasta no tener elevadas coberturas de niños vacunados, es algo que hoy también marca esa alegría de los más pequeños, afirmó.
Buenos pronósticos: cero exceso de entusiasmo
El doctor Raúl Guinovart Díaz, decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, volvió este martes al Palacio de la Revolución con sus pronósticos sobre el curso de la epidemia de la COVID-19 en Cuba, los cuales, dijo, son positivos.
Basado en las gráficas realizadas por destacados matemáticos y epidemiólogos, explicó que los pronósticos para las provincias de Artemisa, Matanzas y Sancti Spíritus muestran la tendencia a un crecimiento lento. En cambio, para el resto de los territorios se espera que disminuya la incidencia de casos en los próximos días.
Guinovart manifestó que se debe mantener el “desacople” entre el número de fallecidos y casos confirmados, lo cual ha sido característico de esta ola con la variante Ómicron (más casos, menos muertes); “y se pronostican tendencias a la disminución de casos confirmados, activos y fallecidos. Para los dos primeros, el descenso es más lento”.
Según uno de los modelos presentados, se prevé que a corto plazo Cuba mantenga la tendencia al descenso de casos confirmados y de fallecidos: los confirmados podrían estar próximos a los 100 casos diarios para los inicios del mes de marzo y las muertes ser más esporádicas, estando en promedio por debajo de uno.
A pesar de estas buenas nuevas, el investigador alertó que se debe continuar con las medidas sanitarias y tener garantizado el cuidado a los más vulnerables, seguir profundizando en el trabajo de la atención primaria, el ingreso domiciliario y la campaña de refuerzo de vacunas.
En este encuentro se tuvo una mirada especial hacia las personas más vulnerables. El Presidente Díaz-Canel insistió en la responsabilidad de las familias y de la atención primaria de Salud en la protección de los ancianos, pues la mayoría de quienes están falleciendo en Cuba por COVID-19 superan los 70 años de vida.
Sobre este sensible tema, el doctor Ricardo Pereda González, coordinador de los expertos clínicos en COVID-19, precisó que de las 84 personas fallecidas hasta el cierre del mes de enero, 71 sobrepasaban los 60 años; 33 estaban entre los 80 y 89.
Además, refirió, como promedio en estos casos transcurrieron ocho días entre el inicio de los síntomas y el ingreso en el hospital, lo cual reduce significativamente la efectividad de los tratamientos.
Esa necesidad de mantenerse alertas ante la enfermedad fue compartida más tarde por el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, durante la reunión del Grupo Temporal de Trabajo del Gobierno para el enfrentamiento a la pandemia, que cada martes le sigue a la de los expertos en el Palacio de la Revolución.
Luego de intercambiar por videoconferencia con cada uno de los territorios y confirmarse la tendencia a la baja de casos en la mayoría de ellos para este miércoles, Marrero Cruz insistió: “tenemos que reiterar una vez más que no se puede bajar la guardia, mantener la disciplina, el cumplimiento de las medidas que están establecidas, mejorar el ingreso domiciliario para que realmente logremos continuar este camino a la disminución, y reforzar las actividades económicas y sociales para continuar el desarrollo y la sostenibilidad económica del país”.
(Tomado de presidencia.gob.cu)