Cuando a inicios del 2021 la Tarea Ordenamiento “aterrizó” con sus precios, tarifas y miles de fórmulas nuevas en las terrazas del Sur del Jíbaro, uno de los emporios arroceros más eficientes y reconocidos de Cuba, pocos intuyeron los dolores de cabeza que sobrevendrían luego para sostener una campaña que desde sus inicios se propuso sembrar 22 mil hectáreas del cereal.
Que ha sido uno de los años más tensos para la empresa agropecuaria más importante de la provincia de Sancti Spíritus es un secreto a voces que comparte Boris Luis Rodríguez, director adjunto de la entidad, que ha sabido ajustarse los cinturones y con la ayuda del país, buscar otros derroteros para adaptarse a los tiempos actuales y aprovechar al máximo las oportunidades empresariales.
Ha sido un calendario de constante aprendizaje, una escuela dura que, desde el punto de vista organizativo, nos ha hecho crecer, dice ahora consciente de que solo han dado los primeros pasos, pues a ello se sumó la situación económica del país, con estrecheces de todo tipo, y la pandemia de la COVID-19 que echó raíces hasta en los confines de La Sierpe, municipio donde radica la arrocera.
Diversificar, invertir, modernizar
Ni aun en medio de los días más difíciles del 2021, la Empresa Agroindustrial de Granos (EAIG) Sur del Jíbaro dejó de aportar; sujeta a los designios del llenado -o NO- de la presa Zaza, el mayor embalse de la Isla; desde hace muchos años, junto al grano altamente codiciado por los cubanos, su principal renglón, “crecen” también otros surtidos.
Lo que en sus inicios fue una suerte de prueba, se ha convertido en otro de sus derroteros, y para aquilatar tales certezas bastan los seis millones de litros de leche que aporta en un año, las tres mil toneladas de carne vacuna y los cultivos varios, frutales o vegetales que van a la mesa de los lugareños, muchos de ellos a precios más bajos que los que suelen encontrarse en otros lares.
Y tampoco es que hayan dejado a un lado el arroz, lo ratifica Rodríguez y a continuación menciona con orgullo las 5,3 toneladas por hectárea alcanzadas en la campaña de frío o las siete toneladas por hectárea de las áreas destinadas a semilla, muestra de cuánto más puede hacerse en medio de las más férreas limitaciones de recursos que el recrudecido bloqueo de Estados Unidos ha impuesto además.
Hoy la mayoría de las especies de ganado menor y mayor -bufalino, caprino, cunícula, bovino- están en Sur del Jíbaro, detalló el experimentado directivo, pero asimismo se logran los cotos porcinos, una gran fortaleza porque permiten producir toda la preceba de los centros especializados; nosotros trabajamos para que en cada unidad existan, al menos, cinco especies, y lo seguiremos haciendo, apuntó.
Pero en los cultivos varios, otro de los frentes importantes de la empresa, el funcionamiento de una minindustria y la instalación de un centro de beneficio facilita cerrar el ciclo producción-beneficio-comercialización, sustento importante, además, para materializar las ventas online y en frontera, modalidades que permiten reaprovisionar a la entidad y en las que han sabido insertarse con buenos dividendos.
Al referirse al programa inversionista que en la última década distingue el quehacer de los arroceros espirituanos, Rodríguez refirió que se concentra, sobre todo, en el beneficio y procesamiento del grano cuando ya está en la industria.
Empeñados en el montaje de un nuevo secadero de 55 toneladas y en echar a andar equipamiento que le aporte mayor calidad al cereal, en La Sierpe apenas hay tiempo para el descanso; la fuerte infraestructura industrial ofrece ahora mayores posibilidades de secado, proceso que se desarrolla de forma más limpia, pues se trata de una tecnología avanzada.
Exportar/importar. Ciencia, tecnología, innovación
Si algo distinguió a Sur del Jíbaro durante el 2021 fue la aprobación final para convertirse en polo exportador de la provincia espirituana, un proceso al que llegaron después de dos años de profunda capacitación y de probar, a fuerza de tesón y de muchísimo esfuerzo, que en los campos de La Sierpe las transformaciones económicas siempre son bienvenidas.
La empresa venía exportando a través de Cítricos Caribe S.A. el carbón vegetal de marabú, producto estrella en estas lides y que tiene ya un mercado consolidado, seguro, detalló el director adjunto de la EAIG, pero en los meses de julio y agosto se materializaron desde aquí los primeros envíos y los contenedores siguen saliendo sin contratiempos.
Ha sido una noticia tan bien recibida por todos que ya se dan pasos concretos para comercializar desde Sur del Jíbaro el ají picante Chile Habanero, cultivado por David Ricardo Pérez Luna, reconocido productor de Banao; mientras, se incentivan los imprescindibles encadenamientos productivos con otras empresas del sector como la Obdulio Morales, de Yaguajay.
Pero en los empeños por seguir avanzando, otros derroteros guían a la unidad sierpense que aprovecha cada oportunidad y donde aplicar la ciencia y la técnica, innovar, devienen prioridades en un sector que irradia hacia la sociedad toda.
NO es posible ver lo que Sur del Jíbaro ha avanzado en materia de desarrollo e inversión sin las alianzas con la universidad y la aplicación de los adelantos científicos, un camino en el que también han debido sortear escaseces de todo tipo para sostener, por ejemplo, sus maquinarias.
Una gran fortaleza resulta contar “en el patio de la casa” -como suele decir Rodríguez- con la Estación Experimental de Granos, centro que posibilita obtener mejores semillas, probar diferentes variedades y productos biológicos que luego se traducen en mayores rendimientos; sin embargo, el empleo de drones para hacer aplicaciones muy localizadas en áreas afectadas marca un punto de giro en este sentido.
Y todo ello se suma a la nivelación de suelos con tecnología láser, programa que humaniza el trabajo, disminuye el consumo de agua y facilita mayores rendimientos.
De cara al año que se estrena, la Empresa Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro tiene metas muy bien definidas: seguir apostando a la diversificación, sin dejar a un lado la producción arrocera, camino seguro para ampliar las ofertas y disminuir los precios que hoy mantienen en vilo a la población; consolidarse como polo exportador y cubrir con sus ingresos los millonarios gastos de un sitio como este. (Tomado de ACN)