La sustitución de importaciones, el desarrollo de los recursos endógenos de las localidades y la producción de calidad, son ejes del Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional (SAN) de Cuba, afirmaron hoy autoridades.
Durante la presentación de la cartilla popular del programa de Gobierno, Elizabeth Turruellas, directora de Agricultura, afirmó que estuvieron vinculados a la elaboración de la propuesta más de 300 especialistas de diversas áreas, ministerios y organizaciones políticas y de masas.
“Es un plan multisectorial, multinivel y apuesta por el trabajo en los municipios para la consolidación de sistemas alimentarios locales soberanos y sostenibles”, subrayó en encuentro con la prensa desarrollado en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí.
Turruellas explicó que el SAN se encuentra en una fase de implementación, entre cuyas actividades destaca la realización de talleres enfocados a estimular la educación popular y la nutrición, en medio de las complejidades del impacto de la pandemia de la Covid-19.
No obstante, mencionó las potencialidades de la nación antillana, entre ellas los distintos tipos de suelos y la posibilidad de producir todas las semillas, así como las medidas tomadas en los últimos años vinculadas directamente con el plan.
El periodista y escritor brasileño Frei Betto, asesor del SAN en Cuba, insistió en la necesidad de sustituir los dos mil millones de dólares que al año este país invierte en la importación de alimentos, para utilizarlos en el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes y el desarrollo del sector.
En ese sentido, un factor fundamental para el éxito del programa será la implicación de todos los ciudadanos, las organizaciones, cooperativas, campesinos…, así como la superación de prejuicios alimentarios y potenciar la educación nutricional en las familias, aseveró.
Betto hizo alusión a los casi 900 millones de habitantes en el mundo que son hambrientos crónicos, pero el problema fundamental “no es la falta de alimentos, si no de justicia”.
En el caso de Cuba, a pesar del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos y de los problemas climáticos con un impacto en la agricultura, “hay un Gobierno que se ocupa de la solución de los problemas”, expresó.
Por su parte, Marcelo Resende, representante de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en la isla, enfatizó el contexto de transformación de los sistemas alimentarios y del modelo económico por el que atraviesa la nación, a partir de la descentralización de los municipios y la aplicación de la ciencia al desarrollo del sector.
Entre los elementos a favor de la puesta en práctica del programa —que cuenta con financiamiento de la Unión Europea (UE)— está también la inclusión de la Ley de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional en el cronograma legislativo del país, para su aprobación por el Parlamento cubano.
En la presentación de la cartilla popular del SAN participaron representantes de la UE en Cuba y el periodista Ariel Terrero, director del Instituto Internacional José Martí.
El hecho de que llevemos años hablando del Plan Nacional de Soberanía Alimentaria (SAN) sin que él mismo sea una realidad visible aún, no significa que nunca podriamos tenerlo o recuperarlo.
Cuando generalicemos sobre este tema en el analisis, nos podría ayudar mucho intentar hacer un listado realista de aquellos productos que hayamos logrado incluir en esa causa de soberanía alimentaria.
No nos sorprendamos ver que a pesar de ser muchas las potencialidades son contados los alimentos incluidos. Busquemos, (…) entre ellos, además del azúcar producto el cual ya a duras penas y esfuerzos pudieramos colocar en la lista de los suficientes.
La exportación sigue siendo un mal necesario cuando hablamos de alimentos. Lamentablemente se extremese el alma cada vez que escuchamos una información que pavonea nuestro ego de éxito exportador con uno de los alimentos endógenos deficitarios, cuando sabemos que el principal asidero de estos ingresos, al ser cambiados por divisas, no radican en la producción abundante de los alimentos exportados. Si analizamos a conciencia casi ninguno cumple con la elemental cualidad de ser incluido en una lista de nuestros productos que satisfaga el mercado interno; casi ninguno sustituye su ausencia o escasez interna para satisfascer necesidades alimentarias de la población.
Exportamos aquello que pudiera sustituir importación pero que luego ciertamente no la sustituye.
Listemos los productos del mar entre ellos, por ejemplo. Casi todos caen en la escasez del producto que cambiamos por divisa o por su racionamiento crítico y extremo.
No dejamos de lado la conciencia de ser un país bloqueado por el imperio yanqui, razón que también alienta nuestra capacidad de resistir, con conocimiento estudiado o analizado de las cosas materiales o inmateriales; de nuestro sueño por alcanzar la más plena independencia y soberanía en todo; incluyendo en logros que dependen de nosotros y que seguro aprenderemos un día a gestionar con nuestros recursos endógenos de las localidades y la producción de calidad.
La Educación Nutricional puede ayudar mucho en no depender solo de una canasta limitada pero grande en cantidades de arroz, huevo, pollo, grasas y otros pocos, los que podemos enriquecer con la variedad suficiente para alimentarnos de las localidades más que del tonelaje de barcos; que nos ayude a cumplir otra de nuestras máximas: «hacer más con menos». importar menos porque sabemos sustentarnos con más variedades; exportar más cuando no dejamos faltantes, deficit, ni escasez alimentarias tras la divisa necesaria.
Aprendamos a exportar primero lo que no es vital para asegurar nuestra soberanía de sustentarnos. Los ejes, si sabemos el número de ruedas necesarias siempre nos impulsarán hasta la victoria. El apoyo solidario y transparente de la Organización de Naciones Unidas y la Unión Europea (UE) también junto a otros solidarios con los que contamos nos ayudará sin duda a lograrlo mas temprano que tarde.
Gracias.