Canotaje cubano: de Tokio a Copenhague

Cinco canoístas cubanos participarán en el Campeonato Mundial de Canotaje que tendrá sede en Copenhague, Dinamarca, del 16 al 19 de septiembre.

El grupo está integrado por los monarcas olímpicos en el C2 a 1000 metros, Serguey Torres y Fernando Dayán Jorge, el campeón mundial juvenil José Ramón Pelier y las jóvenes Yarisleidi Cirilo y Katherin Nuevo.

Hace apenas un mes y unos días que los atletas cubanos vieron acción en la cita bajo los cinco aros de Tokio 2020, donde las paletadas del binomio conformado por Serguey Torres y Fernando Dayán Jorge dieron a Cuba la ansiada medalla de oro olímpica que le faltaba a la disciplina.

El comisionado nacional de canotaje Alejandro Hamze conversó con Trabajadores sobre el papel realizado en suelo nipón y valoró las posibilidades del grupo de cara al próximo Mundial.

«Al empezar el pasado ciclo olímpico comenzamos a hablar de una posible medalla en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, teniendo en cuenta que este bote de Serguey Torres y Fernando Dayán logró medallas de oro y plata en los principales eventos a nivel mundial y se mantuvo así en 2018 y 2019. Debido a la estabilidad de la embarcación con respecto a los principales rivales que teníamos, pronosticamos una plata en Tokio.

«Cuando comenzamos la preparación para esta lid, con el trabajo conjunto de todos, nos dimos a la tarea de realizar un estudio minucioso de los botes de Almania y China, observando su estructura de carrera y tratando de ver cómo habíamos perdido contra ellos. Nos dimos cuenta de que, estando bien nuestros atletas, por milésimas no ganaban. Estudiamos cómo remar la distancia y cambiaron su plan. Solíamos arrancar un poco más atrás y se corrigió. A los 500 metros había que hacer que los rivales vieran la proa del bote nuestro y así lo hicieron, a partir de ahí empiezan a levantar y levantar, se quedan los alemanes y al final meten la proa ante China, que era por lo que nos estaban ganando antes.

«Tuvimos la posiblidad de, luego de la Copa del Mundo, hacer una base de preparación en Polonia. Y nos vino muy bien, se trabajó con mucha concentración y cuando hicimos los controles nos dimos cuenta de que prácticamente no había manera de ganarles a ellos (Serguey y Fernando) por cómo lo estaban haciendo. Llegamos a Japón y dijimos que íbamos a ganar, estábamos para primero o segundo; pero con la confianza de que resultaría muy complicado vencer al bote nuestro».

¿Cómo valora la actuación de las figuras más jóvenes en Tokio 2020?

«El C2 femenino, con Cirilo y Nuevo, tenía el propósito de quedar entre el cuarto y el sexto lugar y fuimos sextos. Pensamos que podían haberlo hecho mejor, pero cumplieron con el pronóstico. Son dos muchachas muy jóvenes y la competencia tenía su presión. No obstante, hay mucha expectativa con ellas para los próximos Juegos Olímpicos.

«En el caso de José Ramón Pelier, ganó la final B. Siempre creímos que iba a estar en la final A y hasta discutiendo medallas, pero al principio el aire estaba en contra de los zurdos, incluso Sebastian Brendel, campeón olímpico, también se quedó y todos los zurdos se las vieron muy difícil.

«Después de que Ramón no clasifica, el canal se pone plato, tras un aguacero. Luego de esto se ve cómo el rema en la final B, haciendo un tiempo mejor que el conseguido por el ganador de la A. Él es un atleta con mucha potencialidad, sin embargo, la canoa es así; se te pone el aire en contra y todo tiene influencia a la hora de competir».

La medalla de oro conseguida en el C2 constituyó uno de los grandes hitos en los recién finalizados Juegos Olímpicos y Hamze afirma que, si bien esta presea es un motivo de alegría, significó también saldar una deuda del canotaje con el deporte cubano.

Ahora, con el aval de la actuación en la tierra del sol naciente, los cubanos enfrentarán el Campeonato Mundial con muchos deseos, pero también con un corto período de preparación.

«Regresamos a Cuba y pasamos el aislamiento. Luego, algunos fueron a sus casas dos o tres días y se incorporaron en La Coronela. Estuvieron dos semanas allí y salieron rumbo a Polonia, donde están entrenando en una base.

«Esto es algo que hemos hecho en otras ocasiones y que sinceramente no nos ha salido muy bien. Son muy pocas semanas después de una puesta en forma para conseguir el objetivo en Tokio. Los muchachos tienen gran disposición, se sienten bien y van con el mejor ánimo de competir decorosamente».

Sobre la tendencia a que en el apartado masculino los 500 metros sustituyan a los 1000 en importantes eventos, el comisionado comentó que en el Mundial empezarán a medirse en la distancia más corta para que el bote se vaya acondicionado.

«Después, sobre la base de esto, hay que prepararse, pues es una estructura diferente a la de los 1000, pero sí se puede. Serguey y Fernando son atletas muy fuertes, hay que salir más rapido y estar listos. Pienso que no habrán dificultades».

¿Cuáles son las expectativas para el Mundial?

«Vamos por la medalla. Somos campeones olímpicos y siempre hemos sido muy meticulosos con la ruta crítica todos los años. El programa ICF (Federación Internacional de Canotaje, por sus siglas en inglés) de competencia es muy complejo. Esto es una prolongación de la forma deportiva, algo que a nadie le sale bien, porque ya cuando se cumplen los objetivos grandes, la cuestión psíquica cambia, el atleta logró su meta.

«No obstante, estamos preparados. Vamos a hacerlo lo mejor posible. Los muchachos quieren mantenerse en la élite mundial. Todo el mundo participó en los Juegos Olímpicos, unos tuvieron su mejor forma allí, otros no. Ellos están con la convicción de que pueden hacerlo bien y estamos seguros de que entregarán todo».