“Tras la reciente provocación y ataque imperialista contra Cuba, organizada por Estados Unidos y otras fuerzas que apoyan sus planes en Cuba”, la Federación Sindical Mundial (FSM) organizó la conferencia virtual internacional de solidaridad Cuba no está sola, que sesionó este jueves 22 de julio de 2021.
El evento se suma a los numerosos mensajes de apoyo enviados por amigos y organizaciones sindicales de todos los continentes en los que han ratificado su respaldo al Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, también Primer Secretario del Partido; y de denuncia de la guerra híbrida que se le hace hoy a Cuba, similar a la que desde hace varios años sufren Venezuela, Nicaragua y Siria.
Representantes de 104 de esas organizaciones afiliadas o amigas de la FSM participaron del espacio virtual y reclamaron además el cese de la agresión de Estados Unidos contra Cuba, y que se elimine de manera inmediata el bloqueo económico, comercial y financiero contra la nación caribeña.
El primer orador fue el secretario general de la FSM, George Mavrikos. Le siguieron varios representantes de organizaciones sindicales afiliadas a la FSM. También hablaron la embajadora de Cuba en Grecia, Zelmys María Domínguez, y Ulises Guilarte De Nacimiento, Secretario General de la CTC.
Por su importancia, Trabajadores reproduce las palabras del dirigente sindical cubano.
Intervención de Ulises Guilarte De Nacimiento, Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba
La Central de Trabajadores de Cuba y los Sindicatos Nacionales, agradecen a la Federación Sindical Mundial, la iniciativa de realizar esta Conferencia virtual de Solidaridad con Cuba, nos sentimos gratificados por el acompañamiento y todas las muestras de solidaridad que estamos recibiendo del movimiento sindical internacional y clasista.
Hablo en nombre de un pueblo heroico y noble, que hace 60 años resiste el más cruel y genocida de los bloqueos, un cerco económico, comercial y financiero de la mayor potencia mundial, recrudecido en medio del enfrentamiento de la pandemia con una persecución implacable y enfermiza que no ha renunciado al plan de rendirnos por hambre y necesidades.
En esta dirección el gobierno de los Estados Unidos ha implementado 243 medidas coercitivas unilaterales para estrangular nuestra economía, imponer obstáculos a los planes del desarrollo del país y generar limitaciones a necesidades básicas de la población, algunos ejemplos que muestran esta cruda necesidad y demuestran el ilegítimo argumento que se trata de un discurso para justificar las ineficiencias de un proceso social que construyen frutos del consenso de las mayorías que mencionaré a continuación, se restringió desde vuelos comerciales y cruceros, se adoptaron medidas para prohibirnos el arribo de viajeros estadounidenses, suministros de combustibles.
Se persiguió los servicios de salud que prestamos en numerosos países; se incrementó el acoso a las transacciones comerciales y financieras en otros mercados, y se propuso amedrentar, con la aplicación del título III de la Ley Helms – Burton, a inversionistas y entidades comerciales extranjeras.
También impidieron el flujo regular e institucional de las remesas a las familias cubanas, lo que provocó duros golpes al sector cuentapropista o privado.
En el ámbito de la salud, persiste la imposibilidad de acceder equipos, tecnologías, dispositivos, tratamientos y fármacos idóneos que se nos impide adquirir de compañías estadounidenses y ha de conseguirse a precios exorbitantes, con intermediarios o sustituirse con genéricos de menor eficacia, incluso para los recién nacidos y niños enfermos.
Desde abril de 2019 hasta diciembre de 2020, el bloqueo produjo daños por 9 157 millones de dólares a precios corrientes, 436 millones mensuales como promedio. En el último quinquenio, las pérdidas ocasionadas por este concepto, fueron superiores a los 17 mil millones de dólares. Los daños acumulados en seis décadas alcanzan 147 mil 853 millones de dólares, a precios corrientes, y al valor del oro, un billón 377 mil millones.
Cuba enfrenta hoy planes muy bien diseñados y fuertemente financiados, para actuar con ferocidad e impunidad inéditas en las múltiples plataformas que componen el complejo escenario mediático contemporáneo. No nos sorprende. No son diferentes las estrategias de manipulación, tergiversación de la realidad y engaño que se emplean cotidianamente para confundir y desmovilizar a los luchadores sociales y a los pueblos de nuestra región.
La promoción de noticias falsas, el despliegue de acciones contenidas en el manual de la guerra no convencional, tratan de colocar en la opinión pública internacional que en Cuba se ha producido un estallido social, que requiere de una intervención humanitaria, que es igual a decir una intervención militar.
Vuelven a equivocarse, al desconocer de nuestra nación, independiente, libre y soberana.
El domingo 11 de julio hubo disturbios y desórdenes en varias ciudades del país, aprovechando las condiciones actuales, pero esos disturbios fueron generados por el desarrollo de una operación político comunicacional aún al precio de la violencia. Estos hechos son condenables, y están siendo rechazados por todo nuestro pueblo. Tenemos el derecho legítimo de defendernos.
Cuba lleva años de esfuerzos sostenidos en la actualización de su modelo como estado socialista de derecho y justicia social. Reconocemos las carencias y limitaciones presentes hoy en poder asegurar un abastecimiento estable de alimentos, medicinas, productos de aseo y otros bienes de consumo de primera necesidad, eso genera una demanda insolvente ante el crecimiento de inflación provoca la pérdida de la capacidad de compra del salario.
También hemos transitado por un déficit en la generación eléctrica por las limitaciones en la compra de combustible y la falta de piezas de repuesto.
Pero aún en esas complejas circunstancias, decenas de millones de trabajadores del turismo, el sector artístico, madres trabajadoras, y el sector privado han recibido garantías salariales e incentivos fiscales ante la reducción de los niveles de actividad productiva o el cierre de actividades ante el cumplimiento de los protocolos sanitarios de la COVID–19.
El reclamo del movimiento sindical cubano es que nos dejen en paz, es vivir sin bloqueo, que cese la persecución de nuestros lazos comerciales y financieros con el resto del mundo.
El Presidente Biden debería escuchar a la comunidad internacional, expresada en la contundente votación de la Asamblea General de las Naciones Unidas el pasado 23 de junio en contra del bloqueo.
Estimados compañeros:
No podemos enfrentar la COVID–19, el hambre, el desempleo y la creciente desigualdad económica y social entre países como fenómenos independientes. Urge implementar políticas integrales por los interlocutores de la izquierda en las que el ser humano sea la prioridad, y no las ganancias económicas o las ventajas políticas y la cooperación.
Es notable que una pequeña Isla bloqueada haya producido 5 candidatos vacunales y aplicados dos de estos en estudios de intervención de emergencia con el propósito de vacunar al 70% de la población durante este verano.
Cuba ratifica su firme compromiso con las Banderas de la Solidaridad y de las Brigadas Médicas del contingente Internacionalista Henry Reeve, y la cooperación demostrada con la participación de estos por 40 países del mundo que tantas vidas humanas han salvado.
Camaradas:
Nos alienta contar con el respaldo y apoyo incondicional de organizaciones sindicales amigas.
La Revolución cubana, junto a su clase obrera continuarán defendiendo sin descanso y con igual firmeza y determinación las causas justas que se enarbolan en la región y en el mundo bajo la convicción que un Mundo Mejor es Posible.
¡Hasta la Victoria Siempre!
[youtube url=»https://www.youtube.com/watch?v=dKMVUtXxdVc» width=»520″ height=»460″ title=»Cuba no está sola. Discurso de Ulises Guilarte»]