Coeficiente de participación laboral (CPL): Representa el criterio del jefe del colectivo y de sus miembros, sobre cuál ha sido el aporte individual de cada uno de sus integrantes en el cumplimiento de los objetivos de eficiencia previstos en el plan de producción o de los servicios en el período analizado, mediante la valoración objetiva de un conjunto de factores que expresamente se fijan para cada brigada, taller, etc. La experiencia ha demostrado que el uso del CPL para la distribución de las utilidades, cuando no está acompañado de una rigurosa evaluación del desempeño, se convierte en un mecanismo de distribución igualitaria. En ocasiones los jefes son superficiales y paternalistas al no señalar con justeza las deficiencias y no quieren buscarse problemas, tratan de quedar bien con todos, por lo que resulta imprescindible diferenciar los cargos y trabajadores según su aporte individual.
Salario básico: Es la remuneración que comprende la tarifa de la escala salarial más los pagos adicionales establecidos legalmente.
Salario escala: Es el pago por complejidad y responsabilidad aprobado para cada ocupación, según el grupo de escala salarial vigente.
Eficacia: Es hacer en cada momento o etapa lo que hace falta, en correspondencia con los medios disponibles y la coyuntura existente, por lo que está muy ligado al proceso de toma de decisiones.
Eficiencia: Es la capacidad para lograr un efecto determinado, es hacer las cosas de la manera más correcta en correspondencia con los procedimientos, métodos y técnicas previstos y obtener los mejores resultados posibles, según las condiciones objetivas de cada lugar. En lo personal demuestra actitudes y competencias en el trabajo desempeñado.
Fuente: Glosario Esfera de Asuntos Económicos CTC
Bien por los conceptos, pero «…En ocasiones los jefes son superficiales y paternalistas al no señalar con justeza las deficiencias y no quieren buscarse problemas, tratan de quedar bien con todos, por lo que resulta imprescindible diferenciar los cargos y trabajadores según su aporte individual.» Caemos en el cuento del sofá. Si un jefe es paternalista y no quiere buscarse problemas con nadie entonces no es un buen jefe y sobra en el lugar. De lo contrario pecamos tambien de paternalistas. Hay que atacar las causas de los problemas y no los nexos causales de estas con el efecto, porque seguiríamos dando vueltas por los tiempos de los tiempos. AMEN.
Asociando la repartición de las utilidades a los salarios, veremos que un jefe bien mediocre, casi inútil, va a recibir varias veces más que un obrero ejemplar, pues las diferencias salariales son bien altas. Discúlpenme, pero no lo creo justo.