La manera en que la Empresa de Aceros Inoxidables (Acinox) de esta provincia del oriente cubano asumió el proceso de distribución de sus utilidades corroboran que el diálogo franco entre directivos y trabajadores serían parte de la solución.
Según informes oficiales, en el primer trimestre del año la planta no pudo honrar sus compromisos productivos de acero líquido ni de barras corrugadas, asociado fundamentalmente al déficit de chatarra y de energía. Transcurrido el mes de abril, el panorama mejoró un tanto y el incumplimiento acumulado cayó en tres millones de pesos. Afortunadamente, precios altos del acero en el mercado internacional y la continua mejora en la eficiencia interna hicieron posible que la empresa cumpliera con las utilidades previstas. Consecuentemente, los trabajadores recibieron la primera distribución de utilidades, tal cual lo establecen las nuevas facultades dadas a la empresa estatal socialista desde finales del año pasado.
“Hemos enfatizado en que la mayor parte de esos fondos vayan precisamente a los operarios y técnicos vinculados directamente con la producción”, afirmó el director adjunto de Acinox Las Tunas, máster en Ciencias Onis López Caballero. Pero llegar a ese punto requirió de un estudio y debate muy intensos, comentó.
“En 11 asambleas desarrolladas con los trabajadores les pedimos sus opiniones sobre cómo debía ser esa distribución. De ese intercambio salieron tres propuestas, que tras su análisis en el consejo de dirección cristalizó en un método de distribución de las utilidades que ya forma parte del reglamento interno. Fue un ejemplo de democracia laboral”, aseguró López Caballero.
El método consensuado, detalló, comprende que a partir de la utilidad total formada, esta se reparte teniendo en cuenta el salario de los trabajadores, pero con un beneficio mayor para las áreas productivas como Acería, Laminación, Mantenimiento y Plantas Industriales; considerando otros factores como el ahorro. “Eso significó que, por ejemplo, varios trabajadores recibieran en esa distribución entre 12 y 13 mil pesos, montos que cuadruplica su salario mensual. No es una repartición igualitaria, porque tuvo en cuenta el coeficiente de participación laboral, la complejidad y la responsabilidad”, insistió.
El ordenamiento monetario no ha sido un lecho de rosas para Acinox Las Tunas; no obstante, están seguros de que es posible salir a flote e, incluso, miran en positivo el futuro. De hecho, añadió López Caballero, se han enfrascado en un movimiento interno para sustituir importaciones y avanzar en la soberanía de los ingresos y reducir los gastos. Así como en el desarrollo sostenido de las producciones secundarias que les permitan disminuir la carga contaminante, con las obvias repercusiones positivas que eso tendría en los ingresos.
El director adjunto de Acinox Las Tunas aclaró que es muy temprano para vaticinar que puedan cumplir el plan anual; aunque, sostuvo, quizás estén en mejores condiciones de hacerlo que al comienzo. El actual plan es el fruto de un serio y claro diálogo con el Ministerio de Economía y Planificación, que derivó en establecer uno más acorde con la disponibilidad no solo de materia prima, sino también de portadores energéticos claves, como el gas licuado y la electricidad.
“A partir de las nuevas facultades, vamos por el camino correcto. Es el momento de desarrollar nuestras potencialidades. Ahora sí un peso es un peso. Hay una noción más clara del hecho económico, sabemos con más claridad cómo se gasta y qué significa cuando se ahorra”, concluyó el directivo. (Tomado de Periódico 26)