Un año ha transcurrido ya desde el intento de Golpe de Estado orquestado, dirigido desde Washington y fraguado por secuaces del gobierno colombiano, quienes no se han cansado de arremeter contra el proceso bolivariano de Nicolás Maduro y contra el pueblo venezolano.
Un año en el que luego de denunciarse y conocerse los detalles de la llamada Operación Gedeón, algunos de los implicados fueron apresados y otros andan a sus anchas, sin pagar ni rendir cuentas ante justicia alguna, como si se hubiese tratado de un simple hecho, y no del intento de masacrar personas inocentes con tal de lograr el objetivo de derrocar un gobierno que no baja la cabeza ante imposiciones y amenazas foráneas.
Muchos detalles salieron a la luz pública en los días y semanas posteriores a los hechos, en la medida en que las autoridades venezolanas informaban sobre las investigaciones realizadas.
“Lo sabíamos todo: qué hablaban, qué comían, qué no comían, qué tomaban, qué no tomaban, quién los financiaba”, dijo entonces Nicolás Maduro, a la vez que denunciaba que el gobierno de Estados Unidos había delegado en la DEA la preparación de una acción y hasta en una empresa privada conocida como Silvercorp, quien se encargaría de la planificación operativa.
Capos de los más connotados Cárteles de la droga colombiana, en contubernio con el gobierno de ese país se unieron para concretar un plan de intervención militar que – aunque fue desarticulado muy rápido – dejó ocho muertos y 13 terroristas capturados, dos de ellos estadounidenses con vínculos muy cercanos al equipo de seguridad de Donald Trump. Y ni hablar de las vidas que se pusieron en peligro y las que pudieron haberse perdido de haber penetrado más adentro en territorio venezolano.
Maduro resaltó también en aquellas jornadas de alerta que el presidente Trump recibía reportes diarios sobre Venezuela y que negociaba con la empresa Blackwaters para utilizar mercenarios por un costo de entre 40 y 50 millones de dólares para invadir territorio venezolano, algo que solo quedó en los hechos de la madrugada del 3 de mayo en la que militares bolivarianos detectaron dos lanchas en la costa norte, por el estado de La Guaira, en las que se trasladaban algunos de los presuntos mercenarios; y aún así se perdieron vidas humanas.
Este domingo, durante el Balance semanal sobre la situación de la pandemia de la COVID-19 en Venezuela y a unas horas de que se cumpliera un año de aquellos hechos, el propio mandatario bolivariano recordó que en aquellos días las fuerzas del fascismo y la contrarrevolución internacional, financiados por el gobierno de Iván Duque prepararon la Operación Gedeón y la Dirección Nacional de Inteligencia de Colombia “fue el brazo operador con los capos de la droga” y que “todos los autores intelectuales y materiales están confesos”.
Reiteró que gracias a la unión cívico-militar-policial fueron derrotados estos planes que pretendían llenar de sangre a su pueblo.
Hace 1 año, el pueblo en unión cívico-militar-policial, venció el intento de invasión terrorista con gallardía y heroicidad. Logramos derrotar una vez más al imperio estadounidense. Estamos destinados a vencer como los Libertadores en Carabobo. pic.twitter.com/cqTTlhIgqx
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) May 3, 2021
Y es que mucho tiene en juego la Revolución Bolivariana, mucho ha sufrido y ha tenido que pasar ya ese pueblo hermano. En días como estos, recordar que han debido enfrentar todo y que solo la firmeza, la unidad, la resistencia y la fe en los principios que defienden, en más de 200 años de lucha por el bienestar común, es la esencia para no olvidar, seguir adelante, para estar atentos ante nuevas y más grandes amenazas, y vencer, vencer siempre, la única opción posible para los que, sin cansarse, también luchan siempre.