El estribillo de la canción del grupo Sampling puede amplificarse sin problemas hoy cuando hablamos de la COVID-19 en Cuba. A más de un año de haberse declarado la pandemia en el mundo, la economía familiar y nacional sigue bien apretadita, en tanto varias de las medidas sanitarias, restrictivas y sociales comienzan a relajarse en nuestra población, por más insistencia de los médicos en que la enfermedad mata y solo una conducta responsable puede contra esta hasta que seamos vacunados.
Y claro que el concepto de apretadito es polisémico, pues en las inevitables colas para los productos alimenticios muchos no respetan el distanciamiento y los tumultos pululan. Marcas en las aceras, delimitación de compras por municipios y hasta recogidas adelantadas de carné no parecen suficientes.
Algo inexplicable en este asunto es que si hasta las cinco de la mañana no se puede circular por las calles (al menos en La Habana y en territorios con restricción de movimiento), cómo es posible que apenas el reloj marque esa hora, decenas de personas formen filas y se repartan turnos en diversas tiendas. ¿De dónde y cómo pueden salir tantas personas? ¿Quién viola lo establecido?
Muy parecido a lo anterior ocurre con el cierre de movilidad a las nueve de la noche. Hay tal relajación ya, al menos en la capital cubana, que es posible ver individuos transitando sin temor a las multas y hasta ómnibus circulando con pasajeros por las calles. ¿Cambiamos de fase sin saberlo? ¿Impunidad o desafío?
A eso habría que añadir cierta relajación en la atención primaria, en especial con las pesquisas diarias, las cuales no se realizan ya en todos los barrios como al principio. Es verdad que ahí también estamos apretaditos en cuanto al personal de salud, sin embargo, fórmulas tienen que haber, incluso con cederistas y federadas como variantes de apoyo.
El lógico desgaste de 12 meses, la teoría optimista de que no me tocará el virus porque no tengo contacto con nadie positivo o el razonamiento esquemático de que solo se mueren los adultos mayores con varias enfermedades asociadas, han bajado notablemente la percepción de riesgo sobre la pandemia, de ahí los altos números de enero a la fecha.
Por supuesto, la vida tiene que continuar con COVID-19 incluida por algún tiempo todavía. Nuestras vacunas avanzan ya en su tercera fase, pero por suerte, ellas andan igualmente apretaditas de tiempo, mas nunca los investigadores se han relajado.
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.
Cuando leí el titulo pense un articulo sobre la economia familiar y le confieso que me desecciono cuando avance en la lectura y el enfoque cambio pense que hablaria de lo apretado que estan los salarios de que no alcanza aun despues del tan deseado y esperado reordenamiento todabia el bolsillo de los que trabajamos y lo incluyó a usted pues supongo este apretadito pero no relajado no nos podemos relajar pues la pandemia sigue a galope pero también pulula el desabastecimiento la mala distribución de productos la escaramuza realizada por nuestros ministros pues se dijo que en MLC se venderían productos de ALTA GAMA y la realidad triste es otra pues hasta las cofruturas de nuestros hijos se fue a dólar hermano amigo no escribió con ánimos de joder y mucho menos para atacar a nadie escribo de corazón con un dolor profundo al ver como se nos escapa la realidad como perdemos sin darnos cuenta asi de fácil tanto sacrificio tanta pasión.
Saludos Omar.