Cargando...Tras un año sin precedentes en la lista de sanciones unilaterales de Washington por el mundo en los que la guerra comercial contra China alcanzó también niveles sin precedentes, y se hizo acompañar además de la más despiadada guerra mediática, llena de injurias, amenazas y acusaciones en las que no se perdía oportunidad de culpar al Gigante Asiático por el inicio de la pandemia de la Covid-19, el gobierno chino convierte en ley su respuesta a tales medidas y la protección a sus empresas.
Según reportó la agencia Prensa Latina, la legislación libera a individuos y empresas chinas a reconocer y cumplir toda medida impuesta de forma injustificada y extraterritorialmente, facilita que puedan ser demandadas por daños ante los tribunales chinos y confirma el apoyo del Estado a los afectados, a la vez que da poder al Ministerio de Comercio para evaluar y anular cualquier sanción que venga del exterior.
Se busca además, “contraatacar en defensa de la seguridad nacional, soberanía, intereses de desarrollo” y a favor de los derechos de los ciudadanos, las entidades jurídicas y organizaciones.
Previamente el gobierno chino había respondido a las sanciones desmedidas de Donald Trump castigando a empresas e individuos extranjeros considerados no fiables por incurrir en actos que violan principios del mercado por cortar las transacciones con compañías, organizaciones y ciudadanos de ese país asiático. De esta forma las corporaciones tendrían que pagar multas y encontrarían frenos para invertir y participar en el comercio exterior, mientras que a los individuos se les impediría o limitaría la entrada al país e incluso, podría llegar a revocársele su permiso de residencia.
El hostigamiento continúa
El sábado último el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Zhao Lijian, reiteró que es evidente el afán de Washington de arremeter unilateralmente contra compañías de su país y funcionarios, sin tener argumento alguno y que la nación asiática empleará todas las vías necesarias para proteger sus derechos e intereses.
El representante de la Cancillería china denunció la inclusión de otras nueve empresas del Gigante Asiático en una de las listas negras creadas por Estados Unidos, entre ellas el fabricante de teléfonos inteligentes Xiaomi, una petrolera estatal y dos dedicadas a la aviación.
Lijan aseveró que EE.UU. abusa del concepto de seguridad nacional para sancionar a quienes tienen supuestos vínculos con el Ejército Popular de Liberación (EPL) y rechazó que como parte de las sanciones estadounidenses se restringiera de visas a ejecutivos, militantes del Partido Comunista de China y oficiales del EPL a quienes la Casa Blanca señala como “’responsables o cómplices” en los reclamos territoriales del mar Meridional.
Dijo que “esas acciones van en contra de las normas históricas, violan los principios de competencia en el mercado y las reglas económico-comerciales que el mismo Estados Unidos siempre promovió”.
El representante de la diplomacia china implicaciones de estas nuevas medidas para los propios intereses de EE.UU. y advirtió que en caso de que el gobierno norteamericano mantuviera su conducta solo socavaría la confianza del empresariado extranjero y ahuyentaría cualquier plan de inversión en territorio del país asiático y de esta forma se “estropeará la cooperación bilateral”.
Ratificó también que Beijing no se quedaría de brazos cruzados y defendería a sus firmas de la injusta arremetida de la administración Trump en sus últimos días, quien pareciera estar presionando al nuevo presidente, Joe Biden, para que no promueva un acercamiento bilateral que aminore la confrontación actual.
Una diplomacia de país grande por un socialismo moderno
A pesar de los efectos de la pandemia, China fue la única gran economía mundial que logró mantener el crecimiento de su economía en el año que concluyó y confirmándose como un país que avanza sin freno, por lo cual su gobierno anunció que ya se ultiman los detalles del plan quinquenal que estimulará el crecimiento interno y la exportación.
En los primeros días de 2021, el canciller chino, Wang Yi, aseguró que en el año del centenario de la fundación del Partido Comunista de China, su país continuará impulsando una diplomacia de país grande y con características chinas, que contribuya a la labor por construir un socialismo moderno, se redoblarán los esfuerzos para salvaguardar la soberanía, la seguridad y los intereses de desarrollo y ratificó entre sus prioridades, la cooperación internacional para el control de la Covid-19, el fomento de la solidaridad y la amistad con otras naciones.
Anunció que próximamente deberán concluir las negociaciones sobre un tratado de inversión entre China y la Unión Europea, que desean desarrollar con Washington una relación basada en la coordinación, la cooperación y la estabilidad aunque reconocen que “algunos en EE.UU. están incómodos con el rápido desarrollo de China” pero “la mejor manera de mantener el liderazgo es a través de la superación personal constante, no bloqueando el desarrollo de otros».
Sobre el polémico tema de la tecnología 5G y el desarrollo alcanzado por su país en este sector – centro de la atención de la guerra comercial de la administración Trump contra la nación asiática – recordó que muchas otras naciones pueden beneficiarse de las patentes chinas y que en 2021 se deberán construir más de 600 mil estaciones base 5G – que ya está disponible en unas 300 ciudades – una forma de acelerar el despliegue de tecnología inalámbrica y la Internet industrial.
China, gracias a su trabajo inteligente y políticas internas y externas adecuadas y oportunas ha
podido despegar del «subdesarrollo» económico y tecnológico, hacia niveles de organización, producción y comercialización verdaderamente satisfactorios para el desarrollo de su pueblo.
China es un modelo a seguir por los llamados países del «Tercer Mundo», donde aún hay mucho por aprender y superar, principalmente, las limitaciones de la politiquería neo-colonial, anquilosada, intervencionista y de saqueo que diezma a nuestros países.
No resulta sorprendente la conducta irracional del gobierno Norteamericano, en su desesperación por el hecho de resultar cada más evidente el debilitamiento de su omnipotencia imperial, no encuentran asideros para decisiones coherentes a través de una conducta de iguales, cavan sin menoscabo de penetrar en una encrucijada que dejará atado su futuro en la dirección de un regreso sin retorno, a un mundo en el cual la hegemonía y los avances competitivos dependerán de la superación y desarrollo de sus propias potencialidades y no del conocido uso de sanciones espurias y sin legitimidad contra los indefensos y entreguistas, como es conocido no es el caso de China, como dijera el Che y ustedes patentizan en su política exterior; con los americanos ni un tantito así.