Un grupo de 20 obras musicales en versión instrumental de Arnaldo Rodríguez y su Talismán es la entrega discográfica más reciente del destacado creador de la música popular cubana.
El fonograma, producido por la disquera cubana Egrem, cuenta con temas en los que participaron músicos invitados como Ernesto Blanco, David Álvarez, Osvaldo Montero y otros. También destaca la ejecución de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Amadeo Roldán y de los profesionales habituales del Talismán.
En reciente entrevista, Arnaldo explicó que la idea de grabar algunos de los éxitos de su carrera en formato instrumental vino de la disquera a la cual pertenece:
«Mi música ha estado comprometida editorialmente con Egrem desde el año 2 000, hace ya 20 años, eso ha propiciado un provechoso trabajo de promoción y la posibilidad de ingresar altos dividendos para ambos (Autor-Editora)»
«Esa confianza y fidelidad me permitieron formar parte del histórico contrato que firmó la Egrem con SONY ATV MUSIC para la promoción y comercialización internacional de la música cubana, donde tengo la dicha de estar con más de 40 obras musicales representadas por una de las editoras más importantes de la industria musical del mundo».
Las versiones en formato instrumental facilitan la gestión de la obra para ambientar espacios diversos como pueden ser restaurantes, hoteles, salones de espera, «también mientras lees o como prefieras escucharla, añade Arnaldo, por eso recomiendo este disco a todos, se disfruta con gran placer».
Entre los temas incluidos en el CD se encuentran Mis 32 años, Soledad, Mariana, Libertad, Te amé, Sueña una isla (popurrit), Acelerao, Lucecita, Tras la tormenta (El ciclón), La maraña y otros.
El criterio de selección empleado fue «que se adaptaran a la sonoridad instrumental sin perder su esencia. Hay obras musicales de mi autoría que gozan de popularidad que no fueron al disco. No toda la música popular compuesta para otro tipo de formato se adapta bien al formato instrumental».
Ahora que el disco ha salido al mercado y que, como toda obra artística, cobra vida propia en su relación con el público, Arnaldo ha reconocido que este disco también le sirvió para descubrir que «en gran medida se me da más fácil concebir la música que el texto de una canción», argumento que recordaremos cuando el piano derroche cubanía y cante: «No, no dejes que se apague, no dejes que se apague la lucecita…».