Otra victoria de los pueblos latinoamericanos y sobre todo del boliviano, que tanto sufrió y luchó en el último año por retomar el camino de la democracia, la paz y la prosperidad, resulta la decisión del presidente del Tribunal Departamental de Justicia (TDJ) de La Paz, Jorge Quino, de dejar sin efecto la imputación y orden de aprehensión contra el expresidente Evo Morales por los cargos de sedición y terrorismo.
Según Telesur, la decisión fue tomada en audiencia de Acción de Libertad por el juez primero de Instrucción en lo Penal, Román Castro, al fundamentarse que se habrían vulnerado los derechos fundamentales de Morales al citarlo por edictos -que se realizan cuando se desconoce el domicilio de la persona en el territorio nacional- pero en este caso se sabía que se encontraba en Argentina y por tanto, la citación fue tramitada sin cumplir los procedimientos establecidos.
La autoridad de justicia de la Paz dijo que el cumplimiento de esa acción de libertad es obligatorio y de acatamiento inmediato, pues “el juez ha advertido ese error de los fiscales y ha dispuesto dejar sin efecto la imputación y el mandamiento de aprehensión”.
Jorge Aquino aclaró también que «los fallos son remitidos en grado de revisión al Constitucional, y será esa instancia quien en definitiva determinará si el juez ha actuado bien, correctamente (…) o no habría actuado de esa manera».
Este martes 27 de octubre el expresidente indígena había sido convocado a una Audiencia, pero sus abogados defensores dijeron que no había recibido citación ni notificación alguna y en atención a ello, el TDJ respondió positivamente al recurso de acción de libertad solicitado por la defensa.
Wilfredo Chávez, abogado de Evo Morales, informó que «su defendido sólo fue liberado en una acusación por terrorismo (conocida como el caso audios), pero tiene más de una decena de demandas judiciales, como parte de la persecución judicial», aunque este es sin dudas, un importante paso en la aclaración de uno de los procesos por el cual su defendido ha sido perseguido, a partir de acusaciones del ministro del gobierno de facto, Arturo Murillo.
La judicialización de los procesos políticos y la arremetida contra los líderes de la izquierda progresista en la región es uno de los métodos empleados por la derecha con el apoyo de Estados Unidos para sacar del camino a estos hombres y mujeres que han marcado una pauta en la historia de nuestros pueblos latinoamericanos en los últimos 20 años.
La victoria del MAS en Bolivia el pasado día 18 de octubre y la del “Apruebo” durante el plebiscito electoral de este domingo en Chile han sido duros golpes para quienes pretenden seguir apagando las voces de nuestros pueblos y evitar a toda costa transformaciones reales que vayan más allá de los interés de una burguesía neoliberal, retrograda e inhumana impuesta mediante el uso de la fuerza, los paquetes económicos que solo endeudan a nuestros países y la manipulación mediática.
Así lo definiría el propio Evo Morales en su cuenta en Twitter: “Vienen tiempos de cambio para Latinoamérica. Bolivia y Chile dieron pasos históricos estos días que permitirán relanzar pronto organismos de integración como UNASUR porque solo unidos los pueblos podremos garantizar el futuro de las próximas generaciones”.