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Cargando...No caben dudas de la importancia que actualmente tiene el desarrollo de las minindustrias, con el fin de estimular la producción de alimentos a pequeña y mediana escalas como complemento de las aún insuficientes ofertas de la industria nacional, en tanto propician fuentes de empleo en comunidades rurales, así como el encadenamiento de los procesos productivos con entidades estatales que bien pueden colaborar en determinadas exigencias tecnológicas y, sobre todo, en la calidad de los bienes que en estas se originan para satisfacer necesidades básicas de la población.
Respecto a este último aspecto sería bueno sugerir que los organismos e instituciones competentes se encargaran de revisar y confirmar —de forma sistemática— en estos pequeños negocios los ingredientes reales expuestos en las etiquetas de las conservas, pues en ocasiones hemos podido apreciar que comestibles enlatados o embotellados, como el puré de tomate, las salsas, las pastas de ajo y cebolla, o los zumos de limón y naranja agria, no se corresponden, a través del sabor, el color y el olor, con tan demandadas provisiones en la cocina cubana.
Si la calidad de estos alimentos se analizara mejor, tal vez podrían determinarse evidentes alteraciones en sus componentes. A veces, una cosa expresa la etiqueta y otra verdad hay dentro de los envases.
Las minindustrias, encaminadas a prosperar dentro de nuestro modelo económico-social, debieran convertirse en una sana y apetecible opción dentro de las producciones de cada localidad, donde pudieran constituir piezas claves de la economía, en particular en momentos en que el ahorro y la eficiencia revisten especial significación.
Es cierto que en este tipo de producciones aún existe mucha dispersión y falta de integralidad en el abastecimiento —insumos, materias primas, envases, tecnología—, pero se imponen más exigencia y control para que las
minindustrias puedan ser un eslabón fundamental en el Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional en Cuba, dirigido a producir de forma sostenible, y dar acceso a toda la población a una alimentación suficiente, diversa, balanceada, sana e inocua.
Deberían analizar en un laboratorio el puré de tomate para que sepan los que inventan y engañan .puré de zanahoria o boniato o calabaza que le caiga el peso de la ley por engañar al pueblo.Pure de tomate la mentira
No puedo estar más de acuerdo con lo que se publica en este artículo puesto que compre una lata de pasta de tomate de una mini industria de cevallo y estaba podrida esto es inaceptable
Entiendo que el desarrollo de la mini industria va parejo a la nueva politica ecónomica del país, pero…..siempre hay un pero…, Los encargados de velar por la inocuidad en los diferentes procesos estarán haciendo su trabajo? Los responsables de velar por la calidad en lo que se oferta cumplen con su rol? de lo contrario estarian engañando al pueblo, estafando al pueblo y eso como quiera que se mire es un delito.
Tengo una experiencia personal con una lata de 3,2kg de Dulce de Coco de la Mini Industria Rancho Vega, CCS Juan M Márquez, según la etiqueta tienen Licencia Sanitaria No.1 y están ubicados en calle 75 e/ 240 y lindero. La Lisa. La Habana.
Miren, tengo el video, de coco nada, mucha agua de azucar prieta y la decepción por ver como algunos cogen el camino del engaño para enriquecerse. A lo mejor algún día se les cuela en el lugar la policia, con los inspectores, la televisión cubana y decubren que alli se viola todo.
Al Cesar lo que es del Cesar, el que produce debe hacerlo bien, el que controla, debe hacerlo mejor, el que fiscaliza debe hacerlo perfecto, asi si avanzamos, así SI PENSAMOS COMO PAÍS