Una carta fechada el pasado 6 de octubre, dirigida al Secretario General de las Naciones Unidas y firmada por Luis Alberto Arce Catacora, candidato a la presidencia de Bolivia por el Movimiento Al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP), alerta con suma preocupación sobre los anuncios irresponsables del ministro del Gobierno de facto, Antonio Murillo, y el viceministro de Régimen Interior y Policía, Javier Issa, sobre un supuesto plan del MAS para desestabilizar el país luego de las elecciones, lo cual justificaría la activación de un llamado “Grupo Antiterrorista”.
En la misiva, el dirigente del MAS se pregunta qué otras provocaciones está dispuesta a generar la derecha boliviana para descarrilar los comicios del próximo 18 de octubre, si desde ya se intenta generar miedo amenazando con la fuerza militar. Murillo ha dicho claramente que no entregarán la banda presidencial al candidato del Movimiento al Socialismo, indicaciones que probablemente haya recibido de Estados Unidos y la desprestigiada OEA, cuya sede en Washington visitó hace apenas unos días.
Pero, ¿a qué le temen realmente? ¿Por qué una arremetida tal contra el MAS? La respuesta es clara. Saben que Luis Arce no solo es el candidato favorito, ampliamente ganador en las encuestas realizadas durante todo el proceso, es más que eso, representa un movimiento, un modelo de país contra el cual arremetieron con mentiras para fraguar un golpe de Estado que derivó en una fuerte represión y el retroceso de más de 14 años de estabilidad política, económica y social para el país andino, y en su relación con la región.
En la carta enviada a la ONU, Luis Arce recuerda que el MAS-IPSP fue clave en la negociación y adopción unánime por la Asamblea Legislativa de la Ley electoral, en el amplio consenso alcanzado en torno a la elección de los vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Luego acató la injusta decisión de este de impugnar candidaturas al Senado y a lo largo de todo el proceso ha instado a sus miembros a tener paciencia y serenidad frente a abusos, corrupción, militarización y persecución judicial de sus dirigentes políticos y sociales, denunciada a nivel nacional e internacional.
Asegura que han insistido en que no se posterguen más las elecciones, pues el órgano ejecutivo de facto ha pretendido instrumentalizar la pandemia para mantenerse en el poder. “Sin las organizaciones que se movilizaron del 23 de julio al 14 de agosto para exigir garantías para la realización de las elecciones, el proceso electoral y el TSE seguirían sin lugar a dudas siendo objeto de los ataques incesantes de los cuales fueron blanco con miras a detener la transición democrática a la cual el país aspira”, precisa la misiva.
El propio expresidente Evo Morales denunció hace apenas unos días en su cuenta en Twitter, que el gobierno que encabeza la golpista Jeanine Añez —quien se retiró de la candidatura porque no tenía la más mínima posibilidad de ganar o tal vez buscaba unificar los votos contra Arce y el MAS— preparó un decreto que autoriza disponer de 50 millones de dólares para la compra de armas no letales en momentos en que las Fuerzas Armadas están semiacuarteladas, y se pregunta: “¿Con qué provocarán al pueblo para justificar la represión?”.
Morales rechazó recientes hechos de vandalismo y las amenazas contra instituciones públicas del país, ataques a la Fiscalía en la región de Sucre; y acusó a los grupos irregulares que perpetran estas acciones de actuar en coordinación con el Gobierno para descarrilar el proceso electoral.
Recordó que Bolivia aplicó por 20 años un modelo neoliberal que solo dejó pobreza, despidos masivos y recursos estratégicos en manos de transnacionales; que desde el 2006, y en 14 años, salieron de la crisis, lograron gran crecimiento económico y estabilidad; y afirmó que solo el candidato del MAS retomará ese camino, tal como es visible ante los ojos del mundo en las propuestas de cada uno de los contrincantes en las elecciones, pues en los debates e intervenciones televisivas de las últimas semanas algunos ni siquiera han sido capaces de mostrar ningún interés porque exista un cambio en el país que realmente proteja y beneficie a las mayorías.
El MAS es el único partido con candidatos detenidos y procesados ilegalmente. La arremetida contra ellos muestra de que van por el camino correcto. De ahí el llamado permanente a la comunidad internacional para que permanezca atenta a posibles episodios de violencia que buscarían suspender las elecciones, desconocer sus resultados o mancillarlos.
El mensaje al pueblo boliviano es no dejarse provocar, ir a votar en paz y elegir —al decir de Evo Morales— entre quienes quieren volver al pasado neoliberal, con pobreza y dependencia, o la opción que les garantice estabilidad política, crecimiento económico y desarrollo social en democracia y soberanía.