Hay episodios de la vida que quedan grabados para siempre porque marcan los destinos de personas queridas. A veces son impactantes y dolorosos. Así lo manifiesta Héctor Felipe Hernández Alfonso, cuando recuerda su viaje a Angola como combatiente internacionalista, en septiembre de 1975. Esa travesía, de forma casual, lo vinculó con dos integrantes de la tripulación del avión que el 6 de octubre de 1976, explotó en pleno vuelo cuando salía de Barbados.
Según cuenta, en el aeropuerto José Martí, al subir a la aeronave que lo llevaría rumbo a Cabinda, descubrió a Magaly Grave de Peralta Ferrer, de quien fue profesor, durante sus inicios en la FAR como comunicadora y por quien siempre había sentido admiración dada su calidad humana. La primera escala sería en Barbados.
Verla fue para él una sorpresa. Ella se desempeñaba como jefa de cabina y fue fundamental para aliviar las tensiones de algunos combatientes que por primera vez subían a un avión o tenían que permanecer tanto tiempo en éste. “Aquí la van a pasar bien, se los aseguro”, dijo ella sonriendo. Otros conversaban animadamente, sin apenas darse cuenta de que el tiempo había transcurrido y les orientaban que debían abrocharse los cinturones y permanecer en los asientos para el despegue.
El largo viaje dio oportunidad para que Héctor hablara con su amiga y organizaran hasta actividades en pleno vuelo, como un inolvidable «Todo el mundo canta», en el que algunos hicieron gala de sus cualidades como cantantes. Recordaron los viejos tiempos y los no tan viejos. Repasaron el paso de la joven por las FAR, de su formación como comunicadora, lo cual le permitió llegar a laborar en el Estado Mayor General.
Luego, a finales de la década del 60 del pasado siglo, Magaly vio la oportunidad de convertirse en aeromoza y la aprovechó; desde entonces, volar fue su pasión. Para ella, formar parte de la tripulación que llevaba a los combatientes internacionalistas hacia Angola, era una misión de probaba confianza.
Casualmente también tuvo oportunidad de conversar con el capitán de la nave, Wilfredo Pérez Pérez (Fello), a quien no conocía. Le enseñaron la cabina, cuestiones técnicas de aquel ingenio británico, con fama mundial. Fello se mostró todo el tiempo seguro, haciendo gala de su profesionalidad.
El avión cubano los dejó en el Congo. “Bajamos del amigo Britannia, mirándolo como si fuera la casa cuando nos vamos para la escuela en el primer día de preescolar. ¡Realmente fue así! Pasamos en aquel aparato, junto a su hermosa y gloriosa tripulación, largas horas en el aire, aparte del tiempo compartido en tierra”, afirmó Héctor.
Cuenta que, al despedirse, Magaly le puso en el bolsillo de la chaqueta unos tabacos y le dio un abrazo. “¡Cuídate mi hermano, que lo que viene es candela!”. Esa sería la última vez que la vio. La estancia en Angola le deparó experiencias, que lo marcarían por siempre: allí conoció el fallecimiento de su madre; hubo combates, muerte de compañeros, un pelotón de angolanos a los que instruyó y lo llamaron “padre”.
Ya estaba en Cuba, cumpliendo servicio en una unidad de las FAR, cuando conoció la noticia del sabotaje al avión de cubana. Le dolió la muerte de las 73 personas que fueron asesinadas; pero la de Magaly fue una punzada en el corazón.
Eso lo recuerda tan claro como aquel fatídico día, en el que se probó una vez más la crueldad de los enemigos de la Revolución, que actuaban amparados por el gobierno yanqui, financiando el terrorismo contra la Isla.
A Héctor Felipe Hernández Alfonso, teniente coronel ® de la FAR le apasiona la historia y en los últimos años ha dedicado parte de su tiempo a sembrar esa semilla en las nuevas generaciones. En fechas señaladas, como miembro de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, es invitado a la Escuela Primaria Osvaldo Sánchez, en el municipio del Cerro, para hablar, como dice, de “temas que los cubanos nunca debemos olvidar”.
Acerca del autor
Graduada en Licenciatura en Periodismo en la Facultad de Filología, en la Universidad de La Habana en 1984. Edita la separata EconoMía y aborda además temas relacionados con la sociedad. Ha realizado Diplomados y Postgrados en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. En su blog Nieves.cu trata con regularidad asuntos vinculados a la familia y el medio ambiente.
Honor a quien honor merece. Lindo homenaje a un revolucionario ejemplar