“El parque Agramonte, la funeraria o la terminal eran mis camas. Yo no tengo casa, así que dormía donde me cogiera la noche. Tengo dos hijas, pero si no me invitan no puedo ser una carga para nadie”.
Él se llama Gerardo Saavedra Hernández, tiene 68 años, es médico especializado en Higiene y Epidemiología, y es alcohólico. Desde hace días vive, como otras 57 personas, en el Centro Provincial de Protección Social en Camagüey.
“Aquí, dice, tengo una buena sábana, comida bien elaborada. Me baño, me atienden y como soy bajo peso me dan dos proteínas. Eso sí, siempre traigo puesto mi nasobuco, aunque nos hicieron una prueba rápida y dimos negativo”.
Casa refugio
Hace algunos años esas instalaciones acogían a la escuela provincial de la Central de Trabajadores de Cuba y desde el 2014 se decidió cambiar su función social e instalar un espacio de protección para deambulantes.
Ivette González Penichet, directora del centro, asegura que en dicho lugar toda persona que llegue tiene asegurada la atención. “Durante años hemos recibido gente de toda Cuba. Luego de ser tratados por 90 días, como metodológicamente está establecido, muchos retornan a sus territorios, con sus familias o si es necesario van para un hogar de ancianos.
“Pero a partir de este virus hemos cambiado un poco la dinámica. Desde las máximas autoridades se indicó que se recogiera a todo al que se viera deambulando en las calles y se albergaran aquí para protegerlos de una posible infección. No obstante, otros han venido por sus medios, porque ya conocen el lugar y se les ha atendido en otras ocasiones.
“Ellos aquí no están presos, pueden salir, pero les explicamos sobre la necesidad de protegerse y que aquí tenemos los medios necesarios. El nasobuco se le cambia cada cuatro horas y luego son lavados y hervidos y en cada punto vulnerable se ha puesto agua, jabón e hipoclorito para la correcta desinfección.
“Además las compañeras de atención a pacientes orientan a los que no pueden para el correcto lavado de las manos y en las medidas de protección”.
El cuidado corre a cargo de 33 trabajadores que velan a los 57 pacientes que albergan actualmente; pero muchos de los agradecidos que allí permanecen colaboran en la limpieza e higienización del lugar.
El centro fue pensado para acoger a 72 personas, sin embargo, la actual situación epidemiológica anuncia un necesario aumento de las capacidades. “Todas las habitaciones no han sido concluidas. En el teatro habilitamos 16 camas y una brigada de constructores nos terminan otras que esperan por elementos sanitarios y otros detalles”, explica González Penichet.
Atenciones esenciales
Todo el que llega presenta alguna enfermedad crónica, discapacidad de todo tipo o problemas siquiátricos. Razón por la cual permanecen 24 horas en el sitio una enfermera y un médico.
Como del total de pacientes 25 son discapacitados y 26 adultos mayores, Félix Garriga Ramón, médico del centro, asegura que todo cuidado es poco. “A cada uno le hicimos un test rápido y dieron negativo, pero también instalamos una habitación para aislar a todo el que presente alguna enfermedad respiratoria. Actualmente allí se encuentra una de las dos mujeres que permanecen en la unidad, debido a que presentó tos y como era un traslado de Ciego de Ávila, decidimos precaver.
“A los pacientes con patologías crónicas se les garantiza su tratamiento adecuado y a todos se les administra un suporte vitamínico”.
Los que requieren interconsultas médicas son llevados a donde sea necesario. Pero, además, servicios como podología, pelado, afeitado se les oferta dentro de la instalación. Incluso, para evitar la salida, se les instala un punto gastronómico para la venta de cigarro y café, dos de las cosas que más demandan.
“Estamos pensando en todo, asegura González Penichet. Para darles la oportunidad de ganar dinero se crean los vínculos necesarios para que los que están en el centro puedan realizar terapias ocupacionales como la confección de cajitas para cumpleaños o figuritas. Y a los tres que tienen trabajo les traen el salario, todo con el objetivo de que sientan seguros y cuidados”.