Si internacionalmente era más que evidente el falso argumento de fraude electoral manipulado y propagado por los facciosos que asaltaron el poder en la República Multinacional de Bolivia, mediante un artero golpe de Estado, utilizado por la ultraderecha para impugnar la transparencia del triunfo electoral del Presidente Evo Morales en Bolivia en los sufragios del 20 de octubre pasado, ahora la calumniosa afirmación se derrumba como un castillo de naipes o de arena.
El reciente artículo del Washington Post, en el que considera sumamente defectuosos el análisis estadístico y las conclusiones de los comicios rubricados por Luis Almagro, secretario general de la OEA, deja explicita la actuación parcializada de ese organismo a favor de los golpistas y la precipitada conducta del presidente de Estados Unidos, en reconocer de inmediato al régimen de facto.
El diario estadounidense basa sus conclusiones en el estudio realizado de por Jack Williams y John Curiel, investigadores del MIT, que les fue encargado por el Centro de Investigación Económica y Política (CEPR), del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés) que mantiene que Evo Morales ganó con «alta probabilidad» las elecciones de octubre” no hubo fraude, mientras el espurio Gobierno interino de Bolivia no se ha pronunciado al respecto.
La OEA habló de “profunda preocupación y sorpresa por el cambio drástico y difícil de explicar en la tendencia de los resultados preliminares”.
El análisis estadístico detrás de la afirmación de fraude, insinuado por la Almagro es problemático, afirma el MIT, que señala que en el momento del alto en el conteo, dado que Morales había superado el umbral del 40%, la cuestión clave es si su cómputo de votos era de 10 puntos más altos que su más cercano competidor. De lo contrario, debería ir a segunda vuelta frente al expresidente Carlos Mesa.
“Nuestros resultados fueron directos. No parece haber una diferencia estadísticamente significativa en el margen antes y después del alto en el conteo preliminar. En lugar de ello, es altamente probable que Morales sobrepasase el margen de 10 puntos en la primera ronda, concluye el estudio”
Las revelaciones de The Washington Post confirmaron que la diferencia de más de 10% es legítima y coincide con el conteo preliminar-
Por su parte, los especialistas electorales del diario norteamericano refieren que ellos y otros expertos en este campo intentaron comunicarse con la OEA para saber sus comentarios, pero «la OEA no respondió».
El rechazo de los golpistas a la candidatura de Morales a Senador por el Partido Mas y la de de sus designados a la presidencia de los designados por esa organización política a las elecciones convocadas para el próximo mes de mayor, preludian su determinación de perpetuarse en el poder, santificados por la OEA y la de su amo, el Gobierno de Estados Unidos.
El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) negó que esa universidad haya realizado el estudio que fuera divulgado la pasada semana, y donde se puso en duda el fraude electoral en Bolivia.
La aclaración fue realizada a través de una nota que envió a la delegación boliviana en la OEA el encargado de relaciones internacionales del MIT, Richard Lester, a nombre del rector del Instituto, Rafael Reid, reportó EFE.
«Desde que el artículo fue publicado, los miembros de nuestro equipo de comunicación han trabajado para corregir la idea equivocada de que el estudio fue realizado como parte del trabajo de los investigadores en el MIT», asegura la nota.
El estudio, firmado por los académicos John Curiel y Jack Williams, parte del Laboratorio de Ciencia y Datos Electorales del MIT, apareció publicado en el blog Monkey Cage en el portal del diario The Washington Post.
Sin embargo, la aclaración enviada por la institución señala que los autores llevaron a cabo el proyecto de manera independiente, como contratistas independientes del CEPR (Centro de de Instigaciones en Economía y Política). Detrás del estudio del CEPR está su director, Mark Weisbrot.(Weisbrot has been described as the «intellectual architect» behind the unsuccessful Bank of the South, a joint project by Argentina, Brazil, Paraguay, Uruguay, Ecuador, Bolivia and Venezuela which was spearheaded by Venezuelan president Hugo Chávez.Weisbrot was described as one of the «leftist admirers of Venezuela» and an «ardent cheerleader» of Hugo Chávez’s policies.)