Vivir momentos trascendentales de la historia de un país es algo único; es algo que te permite luego comprender el pasado y vislumbrar el futuro. Pocos tienen la oportunidad de hacer comparaciones, de vivir esas evoluciones y de contarlas.
Eduardo Labrada Rodríguez, periodista camagüeyano de más de 80 años, es uno de esos suertudos. No solo transitó por varios capítulos, puntuales e interesantes, de la historia cubana, sino que por su profesión los narró.
Cuenta que en la década del 70 pudo vivir un momento de transformaciones desde lo constitucional, lo económico y lo social, que sorprendió, incluso desde la prensa. “Junto a funcionarios, en esa época, intercambiamos acerca de las características del nuevo sistema para comprender qué era la asamblea de circunscripción, el Consejo Popular, los procesos de las asambleas municipales y provinciales.
“Estos elementos fueron esenciales para el tratamiento que le damos a dichos temas y para poder explicar el cambio que se vive hoy. Es como si alguien fuera subiendo una escalera, escalón por escalón. Cada etapa es superior a la anterior y desde aquella Constitución de 1940, de los estatutos del 10 de marzo, de la Constitución de la década del 70, hasta la que tenemos ahora te vas dando cuenta de la evolución del pueblo cubano, desde el punto de vista político, social y de conciencia”.
Para Labrada, quien fuera hasta hace poco delegado de circunscripción, se proyectan diferencias sustanciales que ya eran muy necesarias para los municipios. “Estos territorios habían ganado en identidad y vestían una camisa que le quedaba demasiado estrecha y ellos necesitaban ganar en desarrollo. Ahora con los cambios podrán crecer y ahí jugará un papel esencial el delegado, quizás el más importante desde se creación, pues va a tener más poder y va a contribuir más.
“Pero el pueblo ha ganado en conciencia política, en educación ciudadana, en identidad y en unidad, elementos muy importantes para cualquier desarrollo; y aquí no se va a parar, seguiremos avanzando”.