Por: Jose Adrián y Fabio Miguel Quinteros, estudiantes de Periodismo
El recrudecimiento del bloqueo continúa siendo el eje central de la política del gobierno de Estados Unidos hacia nuestro país, con efecto cada vez más notable en su aplicación extraterritorial.
Todo ello queda reflejado en el Informe Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos de América contra Cuba, que como cada año nuestro país presentará ante la Asamblea General de la ONU.
El documento precisa que esa política continúa siendo el obstáculo fundamental para la implementación del Plan de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y forma parte de una estrategia de la actual administración republicana enfocada en consolidar la confrontación y la hostilidad, tanto en el plano declarativo como en la ejecución de medidas de agresión económica contra el país.
En el período analizado, los perjuicios ocasionados por el bloqueo en los sectores de la producción y los servicios se cuantificaron en 79 millones de dólares, lo que representa un incremento del 28 por ciento en relación con la etapa anterior.
La salud, alimentación, deporte, educación, cultura, industria, turismo, transporte, informática y telecomunicaciones, construcción y energía y minas, se encuentran entre los sectores más dañados, fundamentalmente por los impedimentos para acceder a tecnologías, mercados y espacios de conocimientos.
El Informe señala que, entre abril de 2018 y marzo del 2019, el fortalecimiento de la aplicación extraterritorial del sistema de sanciones contra Cuba se reflejó en constantes afectaciones a las empresas, bancos y embajadas cubanas, las cuales enfrentan colosales obstáculos en sus actividades comerciales y financieras en muchos países del mundo.