Desde pequeña quiso ser doctora y la Revolución -lo hace a todos los cubanos- le abrió gratuitamente las puertas de las diferentes enseñanzas y Miladis Revilla Barrientos es doctora y especialista en Medicina General Integral, “desde chiquita curaba a los niños que jugaban conmigo”, dice con sonrisa pícara, y ya es una realidad que trasciende Cuba.
Santiaguera de pura cepa considera un premio a la voluntad y la entrega haberse titulado y un privilegio, porque “es algo maravilloso poder servir a los demás, ayudar a resolver situaciones en algo tan sensible como la salud; pero, eso sí, exige mucho amor a la carrera misma y a la profesión para poder brindar un servicio con deseos, dedicación, humildad, sencillez y profesionalidad”.
Y con ese compromiso asentado en lo más profundo de sus principios y su corazón; y, una experiencia anterior de cuatro años y medio en el Estado venezolano de Yaracuy, donde fue médico de comunidad; la doctora Miladis hace seis meses retornó a la Patria de Bolívar, Chávez y Maduro sin imaginar la sorpresa que le aguardaba…
¿Trabajar en la Amazonía…?
“Realmente yo nunca había querido venir a Amazonas, nunca”, enfatiza en acto de absoluta sinceridad y recuerda; “en mi primera misión, cuando llegué al aeropuerto pensé: ´¡Mi Dios! Si me dicen Amazonas, que debe tener tantos animales exóticos y son tantos los mitos, yo creo que regreso para Cuba´”.
Ahora dice en tono resuelto, “esta vez no fue así, me dijeron Amazonas, y mi respuesta fue que había venido aquí a cumplir con la Revolución y que iba a donde me necesitaran y aquí estoy”, vuelve a sonreír y muestra satisfacción por las atenciones dispensadas desde que llegaron, “tanto de las autoridades locales como de los habitantes de esta apartada zona, donde mucha gente nos necesita”.
“Ha sido una experiencia maravillosa. Impresionante pasar el río Orinoco en la patana, y todo lo demás. Llegamos cuando se estaba conformando el equipo de trabajo y la incondicionalidad que demostrada nos hace sentir bien y ya creemos su afirmación de que después no nos vamos a querer ir de esta tierra mágica.”
La misión…
Hasta esos paradisiacos parajes llegó Miladis junto a tres ginecobstetras, tres enfermeras obstétricas y tres pediatras; con el encargo de inaugurar el hospital materno infantil Amazonas, en estrecha cooperación con colegas venezolanos, y el grupo constituye avanzada de la futura brigada médica de Cuba que laborará en esta agreste geografía.
Por la parte cubana, Miladis asume la dirección de la institución sanitaria, “se han incorporado muchos médicos, obstetras y pediatras de Venezuela y nuestro objetivo es tratar de elevar la salud del pueblo, brindar el mejor servicio, de mayor calidad y tratar de bajar el índice de mortalidad infantil, que aquí está en 40 por cada mil nacidos vivos y, bueno, hacer todo lo que esté en nuestras manos para cambiar la situación”.
Seguidores de los principios fundacionales de estas misiones, enunciados por el inolvidable Comandante en Jefe Fidel Castro en lo referido al encargo de preparar el relevo, “también les estamos dando docencia a los residentes y promoviendo la formación profesional de ellos”.
En la despedida, y como para demostrar que ya venció los temores iniciales, remarca en nombre de sus compañeros: “Es algo maravilloso compartir estos esfuerzos, porque Venezuela está como Cuba bajo agresión del imperialismo y nuestro objetivo, más que nada, es que ellos se sientan un poquito mejor. Perseveramos por el amor a la vida, propia y de los demás, a la familia y a la profesión. Todos los colaboradores que estamos aquí sabemos a lo que estamos expuestos y vinimos, más que nada, por la necesidad de este pueblo y lo vamos a seguir acompañando.”
Lo afirma sin dejar de reconocer la complejidad del empeño de tratar a una población diversa, matizada por el indigenismo en más del 53,7 %, según datos el XIV Censo de Población y Vivienda del año 2011, y, que atesora la diversidad cultural más grande y rica del país.