Sergio Gregori Marugán tiene apenas 21 años y ha escrito un libro de casi 600 páginas que contiene entrevistas a 50 personalidades de la política española. Tomar partido. Conversaciones con la izquierda transformadora, (Ed. Txalaparta, 2019) presenta dirigentes, sociólogos, filósofos, activistas por la diversidad sexual, académicos… que explican, con voz propia, trayectorias, influencias, proyecciones y sueños.
En sus páginas figuran nombres como Pablo Iglesias, secretario general de Podemos; Juan Manuel Sánchez Gordillo, sindicalista andaluz; Iñigo Errejón, politólogo y cofundador de Podemos; Julio Anguita, ex secretario general del Partido Comunista de España; Ismael Serrano, cantautor; Marga Ferré, miembro de dirección nacional de Izquierda Unida (IU); Beatriz Gimeno, escritora feminista y dirigente de Podemos; Carlos Fernández Liria, profesor de filosofía, escritor y Premio Libertador al pensamiento crítico de Venezuela en el 2011, entre otros.
El texto deviene croquis del camino seguido por el autor en su formación política y crecimiento intelectual, quien asume como punto de partida de su compromiso “izquierdista”, las protestas del 15 M (15 de mayo del 2011) en España.
Lemas como “No nos representan”, “No somos mercancía de políticos y banqueros”, “Los políticos nos mean, los medios dicen que llueve”, “¿Dónde está la izquierda? Al fondo a la derecha”… se coreaban entonces por toda España. En ese entorno, Sergio, y otros de su edad, cultivaron la fe en poder cambiar las cosas. Por esa época ganó espacio aquello de “votar” con ilusión, idea promovida por Podemos y que terminó por quebrar el bipartidismo tradicional español.
Los platós de televisión y las redacciones de radio fueron cotidianos en la infancia de Sergio, pues en ellos trabajaban sus padres, periodistas también. Quizás eso de deambular desde niño entre luces, cámaras, micrófonos y gente famosa, le permitió saltarse protocolos y jerarquías. Es así que, adolescente aún, entrevista a Iglesias, quien por entonces cultivaba con esmero el nacimiento de Podemos. Esta conversación inicia el proceso de creación de un libro que tardó casi cinco años en cerrarse.
“Salvo el poder, todo es ilusión”, sostiene el autor frente al periodista español Iñaqui Gabilondo en diálogo que sirve de prólogo a Tomar partido. No obstante, reconoce que su vocación es la de contar la historia, ser testigo, puente. Cree en el periodismo a lo John Reed y reniega de la supuesta imparcialidad de la noticia.
Afirma no estar interesado en hacer carrera política, aunque no elude opinar sobre lo sucedido en los últimos años en su país: “La gente ha visto que determinada izquierda parecía que se adaptaba más a la reglas del sistema que a cambiarlo”. Denuncia la timidez en esa fuerza para transformar la realidad: “No existe una unidad táctica de acción”, comenta.
“Toca un momento de reflexionar sobre lo que se ha hecho mal e intentar abordar esta situación con capacidad de maniobra”, asegura en dicho Prólogo acerca de los quebrantos que la falta de unidad ha ocasionado a Podemos y a las fuerzas progresistas en general. Reconoce que “el motor de los cambios está siendo la lucha de las mujeres (…) me han ido demostrado que se pueden hacer las cosas de otra manera: con vocación de diálogo y capacidad de entendimiento”.
El camino hacia la izquierda lo condujo hacia Cuba y su Revolución, se vinculó a la representación diplomática de la Mayor de las Antillas en España y desde allí ha colaborado en la facturación de jornadas culturales y audiovisuales para denunciar el acoso imperialista y el bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos.
Tomar partido ha salido al mercado con dos mil ejemplares en marzo de este año. “Se ha vendido casi la mitad”, aseguró a Trabajadores, pero la primera presentación pública tuvo lugar este viernes en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa, ante estudiantes, diplomáticos y el Héroe de la República y vicerrector, Gerardo Hernández Nordelo.
De entre sus afectos, un lugar especial ganó el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, ello explica el tatuaje del rombo rojinegro de la estrella solitaria que muestra orgulloso en la cara interna de su brazo derecho.