Las inundaciones, los ciclones y los desastres medioambientales relacionados con el cambio climático ponen en peligro el porvenir de 19 millones de niños de Bangladesh, a pesar de las medidas de prevención adoptadas por el Gobierno del país asiático.
La advertencia es formulada por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en un informe divulgado el pasado viernes, que hace especial hincapié en un conjunto de factores que potencian los efectos adversos del cambio climático en Bangladesh, un país mutilado por su topografía plana, la densa población y su débil infraestructura.
“La amenaza —según el reporte titulado Una tormenta que se avecina: el cambio climático nubla el futuro de los niños en Bangladesh— se percibe desde las inundaciones y las tierras propensas a la sequía en el norte del país, hasta su costa devastada por las tormentas a lo largo de la Bahía de Bengala”.
Los expertos afirman que una combinación de fenómenos meteorológicos extremos —como inundaciones, tormentas, ciclones y sequías— y fenómenos de larga duración directamente relacionados con el cambio climático —como el aumento del nivel del mar y la intrusión de agua salada—, están forzando a las familias al desplazamiento y la pobreza. En el proceso, el acceso de los niños a la educación y los servicios de salud se ve gravemente interrumpido.
Cerca de 12 millones de los niños más afectados viven en y alrededor de los sistemas de ríos mayores que recorren Bangladesh, que se desbordan regularmente. Otros 4,5 millones de niños viven en zonas costeras afectadas regularmente por ciclones de gran alcance, mientras que tres millones más viven en el interior, donde las comunidades agrícolas sufren crecientes periodos de sequía.
Las cifras incluyen a casi medio millón de niños rohingya refugiados provenientes de Myanmar, que viven en frágiles refugios de plástico y bambú habilitados en improvisados campamentos.
El estudio afirma que el cambio climático es un factor clave que provoca que los habitantes más pobres de Bangladesh abandonen sus hogares y comunidades para tratar de reconstruir sus vidas en otros lugares. Muchos se dirigen a la capital, Dacca, y otras ciudades importantes, donde los menores corren el riesgo de caer en formas peligrosas de trabajo o en matrimonios tempranos.
El documento cita investigaciones según las cuales Bangladesh ya tiene 6 millones de migrantes climáticos, un número que podría duplicarse para el 2050.
Unicef reconoce que desde principios de la década de los 90, la inversión y acción, tanto en la preparación para desastres como en la reducción de riesgos, han hecho que las comunidades vulnerables en Bangladesh sean más resistentes a los peligros del cambio climático.
No obstante, la agencia de Naciones Unidas recomienda “más recursos y programas innovadores” para reducir el peligro que representa el cambio climático, un factor que repercute especialmente en las familias más pobres, casi incapaces de “mantener a sus hijos con viviendas adecuadas, alimentados, sanos y educados”.
Si el mundo no actúa de forma urgente contra los avances del cambio climático, advierte Unicef, Bangladesh pagará un precio elevado y podría ver mermado su rápido crecimiento económico.