Doctor Orfilio Peláez Molina: Forjador de la esperanza

Doctor Orfilio Peláez Molina: Forjador de la esperanza

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Estudiaba Medicina cuando convenció a un condiscípulo y amigo entrañable  de que atendiera sus serios trastornos visuales con un oftalmólogo. El especialista,  profesor de la carrera, le dijo sin rodeos al joven que abandonara los estudios porque pronto quedaría ciego y le recomendó buscar un perro para que lo guiara. La terrible perspectiva deprimió al paciente y se quitó la vida.

Orfilio Peláez

Quien lo había instado a atenderse, era Orfilio Peláez Molina, que impactado por el episodio se propuso como objetivo de su vida encontrar un tratamiento para ese mal que irremediablemente conducía a la ceguera: la retinosis pigmentaria.

Es esta una afección degenerativa de la retina fundamentalmente hereditaria, que daña la función de los conos y bastones, que son los fotorreceptores. Los primeros, tienen la responsabilidad de la visión diurna, de los colores, del relieve y de la visión central y los segundos de la visión nocturna y periférica.

Desde su graduación en 1951, Peláez simultaneó el ejercicio de su profesión en la especialidad de oftalmología en diversas instituciones de la salud, con años de estudio y de intensas investigaciones sobre la retinosis pigmentaria. Fue uno de los profesores de Medicina que permanecieron fieles a la patria cuando otros muchos la abandonaron al triunfo de la Revolución. Entonces asumió  la dirección del el actual Instituto Oftalmológico Ramón Pando Ferrer, antigua Liga contra la Ceguera, responsabilidad que desempeñó durante diez años..

Un momento importante en su trayectoria fue su designación en 1970 como profesor principal de oftalmología en el hospital Salvador Allende, donde figuró entre los iniciadores de los trasplantes de córnea en el país y de la ergoftalmología u oftalmología laboral . Dentro de ella concibió un novedoso proceder denominado signo del tatuaje escleral, para localizar y extraer con mayor precisión y mínimo daño cuerpos extraños intraoculares derivados de accidentes del trabajo, inclusive fue un abanderado de la protección de los cañeros con espejuelos especiales.

Fue en esa institución que aplicó por primera vez en mayo de 1987 un procedimiento quirúrgico que logró detener el progreso de la retinosis pigmentaria en un determinado porcentaje de los pacientes y en otros un mejoramiento sustancial de la visión y del campo visual. No era la cura definitiva pero sí una luz de esperanza.

Tan revolucionaria fue esta técnica destinada a revitalizar las células fotorreceptoras, que en opinión del doctor en Ciencias Porfirio Hernández , coordinador del Grupo de Medicina Regenerativa del Minsap, Peláez fue un precursor en Cuba del uso de las células madre aunque entonces no tuviera conciencia de ello.

De esa manera Cuba se convirtió en el único país del mundo en contar con un tratamiento para evitar la ceguera por esa afección.

Pero los afanes de Peláez  tuvieron un fruto mayor .De ello quedó constancia en una foto que recoge la visita del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el 11 de septiembre de 1989 al hospital  Salvador Allende para inaugurar el moderno servicio de terapia intensiva. La imagen muestra el momento en que Fidel interrumpió su discurso para cederle la palabra a Peláez, y marca el nacimiento del Programa Cubano de Retinosis Pigmentaria, de alcance nacional, anunciado ese día por el Jefe de la Revolución. Desde entonces suman miles  los cubanos beneficiados con este programa y han recibido el tratamiento cubano enfermos de más de 80 países.

Tres años después, el destacado profesor tuvo la satisfacción de recibir de manos de Fidel el título honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba,  reconocimiento al que se sumaron otros muchos de carácter nacional e internacional.

Director fundador del Centro Internacional de Retinosis Pigmentaria Camilo Cienfuegos y presidente de la Sociedad Cubana de esa especialidad, supo combinar su contribución a la medicina y a la educación médica superior, con su condición de militante comunista, su participación como delegado al IV y V congresos del Partido y su labor como diputado a la Asamblea Nacional.

Este camagüeyano sencillo y afable, enamorado eterno de su esposa con la que casi cumplió medio siglo de matrimonio y  orgulloso de sus tres hijos, falleció el 17 de enero de 2001 y el pasado  17 de noviembre hubiera cumplido 95 años. Los que fueron formados por él en el combate contra la retinosis pigmentaria, tienen el compromiso de continuar el camino de esperanza abierto por el doctor en Ciencias Médicas Orfilio Peláez Molina, quien soñó, y a sus continuadores les toca materializarlo, lograr el diagnóstico prenatal de la enfermedad.

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Acerca del autor

Graduada de Periodismo. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el …

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3 comentarios en Doctor Orfilio Peláez Molina: Forjador de la esperanza

  1. Soy Federico Prudencio, Boliviano y fui el primer paciente operado por el Prof. Orfilio Peláez, ahora radico en México y aun tengo visión, no al 100% pero puedo valerme por mi mismo y todo ello gracias al profe y su equipo, he estado varias veces internado allí en la Covadonga y operado y con tratamiento de ozonoterapia y también con tratamiento del Prof. Montalvo con ese equilibrio iónico del organismo. -Me gustaría que revisen en el Grama , allí salió un largo reportaje con fotos, creo que lo hizo su hijo del profesos Orfilio que era periodista y estoy dispuesto a mandar fotografías y videos actuales para ver que aun tengo una buena visión y que su tratamiento y operaciones si tiene efecto y que gracias al profesor aun sigo viendo, y nunca pague nada ni un centavo, solamente mis pasajes y algunos hoteles que pagaba cuando me daban algún pase el fin de semana., pueden contactarme a mi correo: ficoprudencio@hotmail.com, o a mi WhatsApp 523321888453

  2. Gracias al DR. Peláez. A mi me operó con 6 años en el Camilo Cienfuegos, fui el paciente mas pequeño en ese momento. Logró frenarme la enfermedad, gracias a él no quedé ciego del todo. Lo recuerdo siempre!!!!

  3. Gracias por mantenerlo presente, yo quien tuve el enorme privilegio de ser su hijo y compartir muy de cerca su vida, puedo asegurar que si fue un brillante y dedicado científico, fue incluso mejor padre y amigo, hombres como el dan brillo al concepto de humanidad.

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