Los mamíferos no evolucionan lo suficientemente rápido como para evitar su desaparición a manos del ser humano, y en las próximas cinco décadas podrían extinguirse tantas especies que la naturaleza tardaría entre 3 y 5 millones de años en reponerlas.
La amenaza se debe a que, a diferencia de los procesos de extinción previos, el que se produce actualmente no está generado por causas naturales sino por la acción del hombre, y se desarrolla a una velocidad mucho mayor que las anteriores, según un estudio divulgado este octubre por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Realizado conjuntamente por la Universidad de Aarhus (Dinamarca) y la Universidad de Gotemburgo (Suecia), la investigación señala que a lo largo de los últimos 450 millones de años, la flora y la fauna del planeta han afrontado hasta cinco procesos de extinción masiva, tras los cuales la naturaleza siempre ha tenido la capacidad de recuperarse mediante la aparición de nuevas especies.
Advierten los expertos que los grandes mamíferos tienen un riesgo desproporcionado de desaparecer, mucho mayor que las restantes especies de estos animales: “Aunque una vez vivimos —afirman— en un mundo de gigantes: castores gigantes, armadillos gigantes, ciervos gigantes, etc., ahora vivimos en un mundo cada vez más empobrecido de grandes especies de mamíferos salvajes. Los pocos gigantes que quedan, como los rinocerontes y los elefantes, están en peligro de ser eliminados muy rápidamente”.
Para evaluar el futuro de la biodiversidad de los mamíferos, los investigadores utilizaron una extensa base de datos de diversas especies de estos animales, incluyendo los de aquellas que se han extinguido desde el surgimiento del Homo sapiens.
Afirman que la evolución no será capaz de mantenerse al día con el ritmo en que los mamíferos se están extinguiendo en la actualidad, a menos que incrementemos los esfuerzos de conservación; y destacan que los datos con que cuenta la ciencia podrían usarse para identificar y priorizar las especies en mayor riesgo antes de que sea demasiado tarde.
Por este motivo, los científicos hicieron un llamamiento para salvaguardar la flora y fauna actuales, en especial en el caso de las especies claramente amenazadas o de aquellas cuya desaparición provocaría el fin de toda una rama genealógica.
“Sería mucho más fácil salvar la biodiversidad ahora que recuperarla más tarde”, concluye el paleontólogo Matt Davis, responsable de la investigación.