“La búsqueda” es un término utilizado y entendido, por no pocos habitantes de este país, como todo bien material que pueda sustraerse del lugar de trabajo para engrosar el bolsillo personal. Un sinónimo edulcorado y justificativo de la palabra robo.
Para algunos incluso determina el interés por optar por un empleo, más allá de la vocación, de la posibilidad de hacer algo socialmente útil y hasta del sueldo. Que esa motivación esté en la oportunidad de apropiarse del producto final de la labor colectiva o de los componentes utilizados para construirla, hablan de la imperiosa necesidad de incrementar los salarios, de redimir valores morales, de enaltecer el trabajo, pero, sobre todo, de enfrentar enérgicamente las manifestaciones deshonestas en centros estatales con vulnerabilidades para delinquir.
Debatir o reflexionar sobre el delito —dígase hurto o malversación— en las entidades estatales, puede sonar a hipocresía cuando en ocasiones se justifica que alguien se apropie de lo que no es suyo como una opción de llegar al final del mes; o se excusa el consumo del resultado de un hurto en el mercado negro, por la inestabilidad o ausencia de productos en el mercado oficial.
Pero los pronunciamientos de los trabajadores en las conferencias municipales XXI Congreso de la CTC —a las que he asistido—, evidencian el interés honesto por desterrar tales hechos del escenario laboral, y el rechazo permanente a quienes intentan lucrar con el bien común.
El centro de trabajo está identificado como el espacio principal para neutralizar esos hechos denigrantes en una sociedad socialista, partiendo de la premisa de involucrar a todo el colectivo. Un delito no solo entraña un perjuicio para la economía de la empresa o del país, también lesiona el bolsillo individual de quienes lo permiten pasivamente. Se reducen las materias primas, se incrementan los gastos y por tanto se reparte menos salario.
Solo en la provincia de Sancti Spíritus durante el año precedente, la afectación económica por conceptos de pérdida, faltantes y efectivos de ventas de mercancías dejados de depositar en el banco, ascendió a más de 6 millones de pesos.
A pesar de que la incidencia delictiva en entidades del sector estatal en ese territorio muestra decrecimientos sostenidos, urge alcanzar mayor efectividad en el análisis de las causas y condiciones que generan esos hechos. Apremia hacer efectiva la participación de los trabajadores en su combate y erradicación, porque tienen también una repercusión social que involucra la moral y el sustento de las familias.
Que la mayoría de los casos sean detectados en controles realizados por organismos auditores y por el accionar de la policía constituye una muestra de que aún no existe una conciencia clara en los colectivos laborales del papel de los trabajadores en el enfrentamiento. Apunta hacia las debilidades de la guardia obrera, del control y la falta de sentido de pertenencia.
No podemos aspirar a la productividad que anhela esta sociedad si el significado de “la búsqueda” no vuelve a ser, exclusivamente, la capacidad para sondear alternativas, examinar propuestas e investigar otras aristas que propicien soluciones de desarrollo y holgura monetaria con probidad y decencia.
Este sábado en el centro del parque en Guanabacoa, sacaron los productos de una tienda para el portal, había una tendera contando, iba por cuarenta y pico de paqueticos de detergente a 0.30 ctvos. hechándolos en el propio saco de donde venía a una sola clienta, le toqué la mano y le pregunté hay más detergente, enseguida se viró para otra empleada y le preguntó si había, esa empleada me conminó a ir por la parte de su mostrador para despacharme y la otra continuó contando. Dónde termina ese detergente en la mesa de un trabajador no estatal en un precio que supera al del Estado. No pueden permitir que a una sola persona se le venda 40,50 paquetes de detergente ni de nada. Detrás llegaron otras personas y ya no había.
Este es el bloqueo de adentro, lo mal hecho que no termina porque a muchos no les interesa que termine, que haya control.
Las casas que proliferan a lo largo y ancho de la capital y del país son con este tipo de cosa, hoy detergente mañana sacos de productos, la mansión, la querida, el carro, la moto eléctrica. Luego el cartel se vende la casa y ya conocen el final del cuento irse, ya no les queda nada por hacer en su país luego de haber ayudado a no salir adelante.
Ni siquiera se dice la búsqueda, los que yo he escuchado dicen «la busca». Por donde vivo abrieron un nuevo mercadito en divisa, los primero días daban el comprobante, luego no lo dieron más sino se lo pides, para qué se quedan con ellos saquen sus propias conclusiones, en el que está en la Ave. Santa María, que se llama TACA llevan años los mismos robando, aumentando los precios, pesando mal, nadie hace nada ni nadie viene a ver nada. Lo que le hace pensar a la población que todos forman parte de lo mismo, pues se «mojan» de las ganancias cada uno en su nivel. Pueden cambiar y poner un nuevo administrador éste antes de que termine el día extiende su mano y cada uno le da la parte que le deben por haberlos admitido en la plaza y por robarnos a todos cada día, ésto último sucede más en las placitas estatales de productos del campo.
Aún cuando suban los salarios está tan enraizado en una parte de la población robar que veo muy difícil no imposible que se termine este pésimo hábito. No sé cuál debiera ser el salario para que sean felices los que ya no se hayan sino se van para su casa con algo sustraído de su trabajo, los que llevan a vender a sus centros laborales lo que se roban familiares, parientes, etc. No siempre son productos que traen los que viajan, se ve claro cuando lo que traen es sustraído de los almacenes de los centros laborales: acetona, lejía, cloro, ambientador, aromatizante, desangrasante, perfumería, acetileno, gases industriales, etc. etc. etc… Esta es una cadena que concluye con el dinero en el bolsillo del custodio en cuestión que permite que saquen la mercancía sea mucha o poca de su centro.
Camino mi municipio el sábado que es el día que dedico a hacer mandados y pagar servicios luego de cobrar y se vende de todo en las mesitas que tienen los cuenta propistas que yo digo que son licencias de revendedores de los productos que vende el Estado en precios acequibles para una parte de la población y llegan algunos con maletines y maletas y se lo llevan por cantidad, pero peor es la venta de materia prima y productos sustraídos de los almacenes de todas partes, incluídos nuestros centros de investigación que hacen los posible y lo imposible por investigar-descubrir nuevas vacunas, etc. contra tantas enfermedades que entristecen a familias enteras. Caminen Guanabacoa, San Miguel del Padrón, cualquier municipìo, donde esperan a que pasen los inspectores para volver a poner los productos ilegales, bueno eso fue hace varias semanas, ya nuevamente sin miedo todo a la venta, es el cuento de nunca acabar y tantas y tantas personas involucradas. Muy difícil se le hace al país salir económicamente adelante con estos robos por tuberías de todo lo que importa y/o produce el Estado para el pueblo que trabaja y aporta.
Desde pequeño recuerdo que mi papa comentaba ¡Se es muy feliz cuando se puede vivir con el salario! Que falta hace que este precepto se pueda cumplir en nuestro país, que no hayan trabas para que la gente trabaje, prospere, se eliminen las ilegalidades producto a que lo que la gente quiere hacer y sea honrado sea legal
Este asunto está más que diagnosticado y se convierte en un cáncer social que destruye valores y destruye familias y trabajadores, el asunto no es su diagnostico, sino en su cura ?que hacer?
Esto no solo es un mal, es un vicio cancerígeno, a quién no le han ofrecido una plaza en X lugar donde además del salario te ponen como sanahoria con cordel,¨La búsqueda¨, antes del período especial nadie hablaba así, yo lo veo como consecuencia del desequilibrio económico actual:Salario-necesidad-ofertas, muchos son a los que no le interesa el salario, sino lo que puede conseguir (Robar) en ese centro donde trabaja, para luego lucrar, ¿cuantos son los productos industriales y alimenticios de origen cubano que personas inescrupulosas venden a altos precios, el descontrol es el alimento del lucro, exijamos por controlar el destino final de inventarios, tomemos las medidas severas con los que lucran y exterminaremos La Búsqueda.