Estamos convencidos de que ninguna empresa avanza sin un sindicato que funcione, dijo con el desenfado de sus 20 años Lisandra Mayor Alfonso, al intervenir en la Conferencia XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba en Jovellanos, la décima realizada de las 13 previstas en la provincia de Matanzas.
“Atenderlos con esmero, representarlos y hacer por ellos todo cuanto se pueda ha sido un estilo de trabajo que nos ha permitido cumplir los planes, eliminar las pérdidas y ser eficientes”, aseguró la dirigente del buró sindical en la Empresa Agropecuaria Vladirmir I. Lenin, que el año pasado produjo un 34,5 % más de lo previsto, lo que se tradujo en mayor aporte de alimentos.
“Solo un sindicato que sea ejemplo y convoque bien puede ayudar a que en un colectivo la gente lo dé todo”, reiteró Mayor Alfonso, idea que sostiene el día a día de una empresa que había cerrado el 2014 con pérdidas superiores a los 9 millones de pesos, un tiempo que quedó atrás porque “hay no cosa que la unidad y la acción sindical no consigan”, afirmó.
A inicios del 2015 había llegado Lisandra a trabajar en el Departamento de Recursos Humanos. “Inmediatamente me dieron esa tarea como una papa caliente. Yo tenía 18 años y no sabía cómo funcionaba aquello. Ahora agradezco representar a mis compañeros, siento que no los he defraudado.
“Hoy la realidad de la empresa esa otra y eso se lo debemos a la alianza entre todas las organizaciones y el consejo de dirección. Somos un gran un equipo con un líder al frente, nuestro director”.
Una opinión similar, de elogios, me había manifestado Yunior Acevedo de la Cruz, muy contento por el desempeño del buró y sus secciones sindicales, “porque sin ellos sería imposible echar a andar las producciones. Ellos son una fuerza imprescindible”, afirmó.
“Sin la colaboración de todos no tendríamos los resultados de hoy. Imagínese, aunque fui designado director unos meses antes que Lisandra, también llegué en el 2015… Heredamos una economía tan frágil, que, junto con las pérdidas, al cierre del 2014 los ingresos no superaban el millón de pesos.
“Sin embargo, al año siguiente subimos a 8 millones, en el 2016 promediamos 13 millones y en el pasado terminamos con 16 millones. Y no vamos a parar de crecer. Tenemos condiciones para pegarnos a los 20 millones, más bien estar entre los 18 y esa cifra, para ser más objetivos”.
Sin la unidad, nada será posible, reitera Acevedo de la Cruz. “A veces hay personas que dicen: ‘Yunior, has puesto bien a la empresa Lenin’ y les digo, yo no, han sido ellos, el sindicato y los trabajadores. La manera en que colaboramos porque siempre existan las mejores condiciones para laborar y, en correspondencia, óptimas ganancias para la economía del Estado y para la individual”.
Yunior y Lisandra coinciden en una percepción. Les anima la misión que en 1975 Fidel Castro Ruz le planteó a la Lenin cuando él mismo la creó. “Ese llamado de entonces nos ha permitido rescatar la misión originaria que es la de producir con eficiencia”, un camino que según el director ha sido más fácil de recorrer gracias a la suerte de contar con mujeres como Lisandra y otras tantas que los han llevado al triunfo.