El emblemático Palacio de los Torcedores, hoy convertido en Centro Cultural Museo de los Trabajadores, abrió sus puertas a la muestra de dibujos y caricaturas del joven y autodidacto creador Armando Marcos Suárez, con disímiles valoraciones humanísticas sobre el más universal de todos los cubanos, el Héroe Nacional de Cuba José Martí, justamente a pocos días del 28 de enero, fecha en que celebraremos el aniversario 165 de su natalicio.
Infinidad de artistas han trabajado la imagen del gran pensador y luchador antimperialista. Sin embargo, pocos han logrado profundizar en las fibras del buen hombre, del ser social, del amigo sincero hecho de carne y hueso, cuyos sentimientos y emociones fueron tan reales y terrenales como los de cualquier mortal sobre la Tierra. Por ello, a través de estas obras de pequeño formato, realizadas desde la sencillez y humildad de quien no dispone de grandes recursos materiales, podremos disfrutar de un rico imaginario estético en torno al Apóstol que concibió al arte como algo que “aviva, agranda y estimula el ojo, y ennoblece, da percepción fácil y ansia de toda cultura”.
Reunidos bajo el sugerente título de Martí tan siempre, Marcos recrea la figura del Héroe, y lo consigue mediante la conjunción armónica del sentido del sacrificio que signó su vida y la idealización de sentimientos propios de los seres humanos. De ahí que en estos trabajos, junto a la grandeza militante y revolucionaria de Martí, subyace la humildad del vivir diario, con los sueños, adversidades, pesares y alegrías que exige la difícil labor de existir y crecer.
Este creador matancero enaltece al querido patriota desde la propia concepción que el inmenso pensador tenía del mundo y del universo humano.