Aproveché un escampado en estos días de lluvias para ir al Coppelia de la ciudad de Morón, al norte de la central provincia de Ciego de Ávila.
Por cierto, tan demorón es el helado que se derrite ante los ojos repletos de curiosidad de los consumidores. Imagínense que primero hay que hacer una cola afuera y otra dentro hasta llegar al mostrador, donde empieza a desbordarse la copa y no precisamente de helado.
Allí repercute como una especie de confabulación. La boleadora guiña un ojo, la dependienta le da un rápido pase de mano al alimento y la ración cae en el recipiente del cliente, quien pregunta: “¿Por fin, una o media bola?”.
“¡Compay, están apretando!”, exclamaba uno de los arrimados a la mesa. Y le sobraban razones, porque no se trataba solo de menor cantidad del producto servido al mismo precio, sino también de menos sabores y de ofertas, varios trabajadores conversando y nada más que una empleada despachando.
Esa ensalada de sinsabores no se corresponde con el esfuerzo que posibilitó restaurar la unidad Coopelia de la Ciudad del Gallo, donde se efectuó el pasado año el acto provincial por la efeméride del 26 de Julio.
No obstante, el sistema de venta al mostrador, desde el que la gente tiene que llevar la bandeja hasta las mesas para luego degustar el helado, nunca ha constituido un adecuado acto de cortesía para con los visitantes.
Múltiples razones poseen los moronenses de esta rama para mejorar su gestión en vísperas del 4 de febrero, Día del Trabajador del Comercio, la Gastronomía y los Servicios, y del 28 de enero, aniversario 79 de la fundación de la Central de Trabajadores de Cuba.
Acerca del autor
Licenciado en Comunicación Social. Economista y periodista. Escribe sobre asuntos económicos, agropecuarios, de la construcción y la cultura. Multipremiado en concursos de periodismo, festivales de la radio y otros eventos. Atesora las distinciones Félix Elmuza y Raúl Gomez García, los sellos Laureado y 50 aniversario del periódico Trabajadores, y la Moneda Conmemorativa 60 aniversario de la UPEC.
Yo soy moronera y por los años que tengo se lo que es una bola de helado y creanme la copa de helado de morón que vale $ 2.10 no llega a ser ni un jimagua que cuesta 1.40 centavos, cuando muchos nos dimos cuenta de ello tratamos de pedir jumaguas a ver si el robo era menor, a eso respondieron con cuchillo en mano y quitandole elado a la media bola que ya despachaban(la boleadora), imaginense si ya antes era poco el helado cuanto estarian despachando ahora, al protestar por esto la respuesta la respuesta recibida fue que esa era la ración. Como si las personas fueramos bobas se burlaban de nuestros derechos. Miren en pizarra aparece el precio del helado y la bola grande cuesta 0.70 centavos por tanto un jimagua sería 1.40 y la copa 2.10. Pero en Morón todo eso se viola y no creo que esten despachando ese helado con boleadoras de marte que no tiene nada que ver con las raciones de aqui de la tierra.
Por otro lado la cola que se debe hacer fuera es al sol, y en ocasiones hay hasta niños pequeños fuera al sol y a dentro ya no hay nadie, pero se dan el lujo de hacer esperar al público porque no hay copas o cualquier otra disculpa en la que no ha faltado el hecho de que no sepan donde esta la llave de la puerta para abrir el candado o que quien tiene que abrir es algun jefe que en ese momento no está apor ahí. Pero ahí no termina todo, sucede que para poder tener agua tienes en la mayoría de las veces que salir a buscarla, pues ni te la llevan a las mesas ni esta servida sobre el mostrador cuando por fin ya, la única dependienta, te despacha el helado. Y por otro lado no falta la tanqueta que llenan ahí mismo frente a ti sin usar la famosa ración, y te la sacan delante de tus propios ojos. En un flagrante desafio a las ilegalidades.
Muy buen artículo, pues yo solo no ido más, basta de que me roben a la cara cuando me cuesta mucho trabajo ganarme el sustento y creanme el disgusto tan grande que he tenido cada vez que me enfrente a estas situaciones pues yo iba frecuentemente, allí almorzaba pues trabajo cerca y era lo mas cerca que tenía.
Este es un tema bien complejo, yo soy del municipio Morón y frecuento este coppelia, es totalmente cierto lo que plantea el periodista, asi mismo ocurren las cosas en ese establecimiento, un solo sabor, pero cuando se acaba sacan otro y puedes esperar a que se termine el turno y verán a las dependientas dándole jabas llenas a dierentes personas ajenas a la entidad y al servicio y a veces no hay que esperar al final. Lo pero de todo esto es que ese coppelia nunca a tenido 15, buena edificacion pero mal servicio y mucho maltrato, la verdad es que si las autoridades del municipio no intervienen ese relajo se va a mantener, hace como un año y tanto sacaron a unas cuantas dependientas por todas estas cosas que he comentado, pero nuevamente estamos en lo mismo.
Mire amigo algo parecido pasa por aca en cumanyagua un super coppelia habece un solo sabor una cola interminable fuera y otra sentado en las mesas pues tienen prioridad los que compra en grandes cantidaes por atras del mostrador y no solo eso cuando llega el carro de la fabrica la cola que hay por la parte de atras de coppelia y la mayoria de los casos a las 4.00pm ya se termino la venta y no hay nadie que frene la falta de respeto al pueblo un establecimiento que devia de trabajar hasta las 11.00 pm y nada solo trabajan media jornada que te parece esa enfermedad esta en toda la isla.
Ese mal está generalizado en nuestra municipio de Santa Clara nos pasa lo mismo, el servicio es pésimo los empleados están conversando y no te alcanzan ni la cuchara y eso ni hablar del agua que si no la pides o te paras y la sirves te quedas sin tomar, de variedad de sabores ni comentar gracias que habren con uno porque si no no tuviéramos coppelia y lo de las colas, nada que esto parece que se ha generalizado y que al parecer hay que acudir a los particulares para poder disfrutar de un buen helado y una buena atención aunque esto lleve consigo gastar el salario de todo un mes de trabajo en pasar un rato agradable.